En enero de 2002 se dio un caso que tocó muy de cerca a los uruguayos, Diego Forlán se subió a un avión desde Ezeiza. Lo había contratado Middlesbrough de la Premier League y Diego estaba feliz. Pero cuando llegaron al aeropuerto londinense de Heathrow, una llamada le cambió el rumbo. “Vení para Manchester que te queremos acá”. ¿Quién estaba del otro lado del teléfono? Obviamente, sir Alex. Así fue como el United se robó –por decirlo de alguna manera– a Forlán.
La relación fue normal hasta que un día Diego no utilizó los zapatos con tapones intercambiables –como le pedía el entrenador–, se resbaló con la lluvia y erró un gol imposible ante Chelsea. Ferguson llegó rabioso al vestuario y lo insultó a viva voz. Le sacó los botines con tapones cortos y los tiró varios metros. Ese fue su último partido en Manchester.
Pese a ello, la relación entre ambos sigue siendo buena. Tanto es así que Forlán estuvo en la gala por los 25 años de Ferguson en el United.
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