Alex Ferguson, entrenador de Manchester United

Polideportivo > BLOG

Ferguson: el verdadero villano de la película

El periodista uruguayo Ángel V. Ruocco repasará en profundidad, a través de su blog, el caso sobre las acusaciones de racismo a Luis Suárez. En la primera entrega apunta a la polémica figura de sir Alex Ferguson
Tiempo de lectura: -'
28 de febrero de 2012 a las 15:37

Muy probablemente el via crucis de Luis Suárez en el fútbol inglés comenzó hace casi un cuarto de siglo. Más precisamente el 13 de junio de 1986 en Nezahualcóyotl, un municipio cercano a Ciudad de México, donde una selección uruguaya muy mal dirigida y con un plantel dividido por rencillas personales, amén de haber sido condenada de antemano a la eliminación por los mandamases de la FIFA, entonces el brasileño Joao Havelange y el suizo Joseph Blatter, dejó fuera de la segunda ronda de la Copa del Mundo al equipo de Escocia, dirigido por un tal Alexander Chapman Ferguson.

Ese escocés, a la sazón todo un desconocido en el fútbol internacional, nacido a fines de 1941 en Govan, Glasgow, había sido designado seleccionador-entrenador de Escocia luego del fallecimiento, poco tiempo antes, del titular de ese cargo, Jock Stein, del que era uno de los ayudantes. En el ambiente del fútbol británico sí se le conocía ya y se le consideraba un individuo irascible, violento, prepotente y conflictivo.

Esas características de Alex Ferguson, con el agregado de claras expresiones de xenofobia y racismo, quedaron en evidencia en la conferencia de prensa posterior al partido, que finalizó con un empate 0-0. Yo estuve presente allí y escuché los improperios del escocés, no sólo contra los futbolistas celestes sino también y muy especialmente contra el Uruguay como nación.

En estricto cumplimiento de las instrucciones de la FIFA de ser más que rigurosos contra los futbolistas uruguayos –a quienes los europeos, algún sudamericano vecino nuestro y buena parte de la prensa deportiva mexicana acusaban poco menos que de ser unos asesinos- el árbitro francés Joel Quiniou expulsó sin más ni más a pocos segundos de iniciado el partido al defensa lateral celeste José Batista tras una jugada más aparatosa que fuerte de éste. Con 10 hombres, y pese a la actitud negativa del juez contra los uruguayos, se mantuvo el 0-0, Uruguay pasó a la segunda ronda y Escocia quedó fuera de la Copa.

El rubicundo Ferguson, siempre masticando chicles, con el rostro congestionado de ira, dijo a los periodistas presentes en la conferencia que los jugadores uruguayos eran una vergüenza (una palabra que usó también 25 años después para atacar a Suárez) para el fútbol, añadió insultos varios contra ellos y fue más allá aún con la frase: “¡Qué otra cosa podía esperarse de los futbolistas de esa nación maldita!” Doy fe. Textualmente dijo Ferguson que Uruguay es una bloody nation, un gravísimo insulto. Bloody puede traducirse como maldita o como sangrienta. Sin embargo, Ferguson no fue sancionado por la FIFA por ese exabrupto. Sí lo fue, en cambio, el DT uruguayo, Omar Borrás, por expresar algunas críticas incoherentes sobre el árbitro.

Es absolutamente insólito que este escocés con un título nobiliario otorgado por la Corona británica (que también en el pasado nombró “caballeros” a notorios piratas), capaz de esos agravios contra toda una nación, haya tenido el tupé de acusar a Suárez de irrespetuoso y de conducta inapropiada por negarle el saludo (está por verse si fue así) a quien, de mala fe, le había denunciado y hecho castigar injustamente.

Es más que posible que esa animosidad, incluso hasta odio, de Ferguson hacia Uruguay venga de antes y haya nacido en 1954, cuando el seleccionado celeste humilló a Escocia con un 7-0 en la Copa del Mundo de Suiza. Fue la peor derrota en la historia del fútbol escocés. Y al adolescente de 12 años que era entonces Ferguson esa goleada lo habrá marcado para siempre.

¡Qué mejor oportunidad, entonces, para vengarse de ese odioso país que tanto le hizo sufrir que tomárselas con Luis Suárez, y de paso perjudicar a un club, el Liverpool, un rival de cuidado para el Manchester United!

Patrice Evrá, un acomplejado hijo de un diplomático senegalés, notorio buscapleitos, incluso en la selección de Francia, y con antecedentes de falsas denuncias sobre actitudes racistas de sus rivales o de los árbitros, fue el vehículo para que el escocés, un auténtico Rasputín (o, a escala rioplatense, un Sarratea), consumara su venganza. Porque parece evidente que fue Ferguson, y sus declaraciones anti-Suárez puntualmente recogidas por la prensa británica y luego la internacional, quien impulsó y sigue impulsando la campaña para radiar a Suárez del fútbol inglés e internacional.

Parafraseando al propio Ferguson, podemos decir que no otra cosa podría esperarse de alguien a quien, por ejemplo, un futbolista escocés del East Stirlingshire, Bobby McCulley calificó en 1974 de “bastardo terrorífico”. El entrenador escocés también fue acusado en 1978 de violar contratos y de conductas intimidatorias en el St. Mirren y un tribunal judicial lo calificó de “mezquino” e “inmaduro” en una sentencia que favoreció precisamente a ese club escocés. Posteriormente, en el Aberdeen, al que dirigió varios años a partir de 1978 era conocido como “Fergie el furioso”, según indica Wikipedia.

Por otra parte, su animosidad antiuruguaya se dio de algún modo en el caso de Diego Forlán a quien insultó y prácticamente echó del Manchester United, como se indicó en una nota de El Observador del 15 de febrero pasado, en la que también se pusieron en evidencia las contradicciones flagrantes y las conductas inapropiadas de Ferguson en varios casos.

Agréguense, por último, las habituales frases hirientes y de contenido xenófobo del entrenador escocés contra sus colegas españoles o italianos que actúan en el fútbol inglés. Y las que profirió contra el uruguayo Gustavo Poyet, culpable del delito de defender a Suárez.

No obstante todos sus títulos, incluso el de sir, Ferguson no tiene autoridad moral para juzgar a Suárez.

    Comentarios

    Registrate gratis y seguí navegando.

    ¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

    Pasá de informarte a formar tu opinión.

    Suscribite desde US$ 345 / mes

    Elegí tu plan

    Estás por alcanzar el límite de notas.

    Suscribite ahora a

    Te quedan 3 notas gratuitas.

    Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

    Esta es tu última nota gratuita.

    Se parte de desde US$ 345 / mes

    Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

    Elegí tu plan y accedé sin límites.

    Ver planes

    Contenido exclusivo de

    Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

    Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

    Cargando...