Fútbol > HISTORIAS

Estoyanoff: "Sé que voy a volver a Peñarol"

A los 34 años,el futbolista es el alma de Capurro pero vive con el aurinegro en el corazón, y se siente en uno de los mejores momentos de su carrera
Tiempo de lectura: -'
10 de diciembre de 2016 a las 05:00
"Lolo, te podés sacar una foto con mi nena? Tiene tres años y se hizo hincha de Fénix por vos?", le pide una madre. "Lolo, yo juego con la 11 como vos", le dice un niño cinchándole de la camisa.

"Dale, ponete al lado que te saco una foto", le pide un padre a su hijo. Es miércoles de tarde en pleno Parque Capurro y la presencia de Fabián Estoyanoff provoca un alboroto que se traduce en un remolino de celulares, selfies, besos y choques de palmas.

El Lolo atiende a todos con una sonrisa. "Con los niños es siempre así, una locura", dice con el alma repleta de mimos. Pero según él, lo que más le dicen por la calle es: "¿Cuándo volvés a Peñarol?"

Y el delantero de Fénix de 34 años tiene una respuesta tajante para eso: "Sé que voy a volver a jugar algún día. Capaz que pasan tres, cuatro años, pero se va a cumplir. Sé que voy a volver a Peñarol y hasta el día de mi retiro voy a trabajar para eso. De hecho, trabajo todos los días para mejorar, para volver y en algún momento voy a volver, hasta el último día que me quede de mi carrera voy a estar pensando que sí, que voy a volver". Por el tono de sus palabras, por el color de su mirada no se trata de una esperanza. Se trata de una convicción.

El domingo pasado la rompió ante Danubio. Metió, en las dos primeras pelotas que tocó, dos caños de esos que no abundan en el fútbol uruguayo. Pateó al arco con esa increíble potencia que no se adivina en su delgada contextura. Metió tacos de lujo, asistencias y generó sistemáticamente situaciones de gol.

"Creo que estoy en uno de los mejores momentos de mi carrera", dice sin dudarlo. "Me siento como cuando estuve en Cádiz (2005-2006) o en Deportivo La Coruña (2006-2007). Tiraba cualquier cosa y me salía todo, como también en mi último año, en Arabia (Al Nassr, 2015). Los árabes quedaron locos conmigo porque todo lo que tiraba me salía. Este año también", dice.

"El problema es que al estar en Fénix, los partidos no tienen mucha repercusión. Además, con Peñarol y Nacional estuve suspendido".

A los 34 años, la velocidad de siempre sigue intacta: "Me joden mucho por la edad. En todos los partidos que jugué estuve los 90 minutos y si jugamos un sábado los lunes cuando todos hacen regenerativo yo pido para hacer fútbol con los que no jugaron. Me sirve para agarrar ritmo, gracias a Dios en mi carrera no tuve grandes lesiones, uno o dos desgarros no más. Cuando tenés una buena base física llevás bien toda la temporada".

La vuelta a las raíces

"Fénix es mi casa, el equipo que me dio todo para cumplir mis sueños", confiesa. Empezó en preséptima y debutó entre los grandes con 17 años recién cumplidos, el 23 de octubre de 1999 en la última fecha del torneo de Segunda División, contra Salus como visitante. A los de Capurro los dirigía William "Pato" Castro.

Al año siguiente, Miguel Puppo le dio la titularidad contra Salus, en el Tróccoli, y no salió más. En un repechaje contra Frontera Rivera lograron volver a Primera División después de 15 años.

"Fénix es un club de familia y a veces las cosas se complican. Hace varios meses que no cobramos, pero el club busca soluciones para poder pagarnos y estar al día, hay muchos clubes del extranjero que le deben plata a Fénix por pases de jugadores y como el dinero no ingresa se generan atrasos. Así se nos complicó el año. Cuando paramos de entrenar estábamos cuartos en zona de Copa Sudamericana y en tres partidos se nos vino todo abajo", lamenta.

"No tenerlo a Rosario Martínez para planificar los partidos cuando paramos fue determinante", dice el Lolo.

"Tuve muchos entrenadores y pocos viven el fútbol con su pasión", agrega. Lo compara con el español Joaquín Caparrós mientras destaca a Víctor Espárrago y por sobre todos a Gregorio Pérez y Jorge "Polilla" Da Silva.

"No es un técnico defensivo, siempre quiere que tu mentalidad esté en el arco de enfrente. No es un entrenador que te pida 20 toques para llegar al gol, si podés con dos o tres toques estar definiendo mejor. Además tiene algo muy importante: le mete a su jugador la ideología de su juego. Por eso y por lo que planifica y trabaja, lo recomiendo para Peñarol. Con la calidad de jugadores que tienen y su ideología para trabajar le puede dar mucho rédito", dijo poniéndole fichas a su DT.

Peñarol, siempre Peñarol

Para el Lolo, todos los caminos conducen al club de sus amores. "Siendo jugador de primera de Fénix dije que era hincha de Peñarol", recuerda.

"Llegar a Peñarol (a mediados de 2002) fue lo máximo por lo que significó mi abuelo, José Pedro, el viejo y querido Cholo del Paso de la Arena. Él fue lo máximo para mí, me llevaba al estadio después de los ravioles de la abuela. Pasé momentos... (se llenan los ojos de lágrimas). Después de tantos años que no lo tengo lo sigo recordando con amor y cariño por cómo me hacía vivir los partidos de Peñarol. Tenía un Ford Falcon, llenábamos el auto y nos íbamos a ver los partidos. Tengo todos esos momentos grabados como si hubieran sido ayer", dice.

Su abuelo murió en 1999 y Estoyanoff quiso hasta dejar de jugar al fútbol. Pero en familia lo contuvieron y lo convencieron de seguir.

"Con mi abuelo me tocó sufrir los años previos al quinquenio y luego vivir la más linda. En 2002 estaba toda la base del quinquenio y poder jugar con tus ídolos y el equipo que sos hincha fue cumplir un sueño", evoca.

"Tuve cuatro pasajes por Peñarol, en tres fui campeón y en una llegamos a la final de la Copa Libertadores y es uno de los dolores más grandes que me dejó el fútbol por no haber podido traer esa sexta copa".

En aquella campaña copera anotó el gol que más gritó y que más lo emocionó, en la revancha de los cuartos de final ante Universidad Católica: "Lo tengo grabado en dos relatos, el de Fox y el de Kesman que la verdad es conmovedor. Dos por tres lo miro y me causa mucha felicidad, pero tengo sentimientos encontrados porque esa copa era para tenerla en casa", dice.

Con respecto a los clásicos evoca el del Clausura 2003: "Nos jugábamos la Anual y ganamos 3-1. Entré cuando estábamos 0-0. Puse dos centros e hicieron goles Gaby Cedrés y Carlos Bueno. Descontaron (gol de Sebastián Eguren) y se nos venían cuando yo hice el 3-1 con pase del Cebolla (Rodríguez). Ganamos la Anual y luego el Uruguayo con gol de (Joe) Bizera. Otro sueño cumplido".

Cuando se le salió la cadena

También en un clásico, amistoso en enero de 2014, Estoyanoff inició un incidente que terminó en riña y procesamientos penales pegándole una trompada a Pablo Álvarez.

"Reconocí que me había equivocado. Después hablé con Pablo cuando vino acá a jugar un amistoso con Fénix. Cuando empezó el partido me arrimé y le dije: 'Pablo, disculpá por lo sucedido en el clásico'. Y me dijo: '¿Por qué no me llamaste antes?' Y la verdad que no supe qué contestarle porque tenía razón, tuve que pedirle antes disculpas y no dos años después. Así que le dije: 'La verdad que tenés razón, no sé por qué no te llamé antes, pero discúlpame, son momentos que se te sale la cadena'. Y quedó todo bien, como sucede habitualmente, porque es algo del fútbol. Hoy vemos la violencia que hay en el fútbol y queda muy mal. No se justifica una piña: genera violencia y es violencia, pero lo que está pasando hoy en el fútbol de sacarse la vida se está yendo hacia un lugar donde hay que poner un punto final", reflexiona.

Algo similar le pasó en Al Nassr el año pasado en semifinales de la Liga de Campeones de Asia cuando al final del partido le pegó al coreano Lee Nae-Ham: "Había quebrado a un compañero con una patada de mala leche y le decía que se levante porque el juez no cobró nada. Nos pizarreó todo el partido y al final lo fui a buscar. De esa no me arrepiento", dice.

Auténtico y carismático así disfruta el presente el Lolo. Porque está convencido de que lo mejor está por venir.

El ídolo de Capurro

Estoyanoff tiene a todo Capurro rendido a sus pies. No solo por su pasado en la selección y su gran presente en Fénix, también por el lanzamiento de su carrera artística junto a su pareja María José Álvarez, "Majo", como cantante de música tropical. "Ni cerca esperábamos la repercusión que tuvo todo. Arrancamos con un tema donde ni siquiera iba a cantar sino que iba a hacer los coros y cuando ella vio que sí lo podía hacer hicimos la mitad cada uno, y así se fue dando hasta que terminamos sacando un disco".

Cuatro momentos de su carrera

Fénix: Debutó con 17 años, subió a Primera en 2000, ganó una Liguilla y suma 27 goles en tres períodos. "Es el club que me dio las armas para defenderme en el fútbol".

Selección: Jugó las Copas América 2001, 2004 y 2007 sumando 31 partidos y cuatro goles. “El gol que le hice a Argentina en 2004 fue el más lindo de mi carrera”.

Al Nassr: “Era el preferido del príncipe pero estoy en juicio porque me quedaron debiendo plata. Gané cuatro televisores de 55 pulgadas como mejor jugador de partidos pero los regalé”.

El presente: “Al fútbol lo siento como una diversión, más allá de que sufro de que lloro y que de repente paso a una semana sin ir al supermercado por perder. Siempre se lo digo a los jóvenes, ‘diviértanse’”


Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...