¿Es importante entrenar la fuerza muscular?

Antes se creía que el entrenamiento con sobrecarga podía quitarles velocidad a los movimientos del deporte, hoy está comprobado que sucede todo lo contrario
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14 de noviembre de 2017 a las 05:00

Durante muchos años, los ejercicios de fuerza se han indicado para un grupo selecto de modalidades deportivas. Este comportamiento sumado a la falta de conocimiento en el área inducía a que este entrenamiento no se indicara como hoy.

Antes, por ejemplo, se creía que el entrenamiento con sobrecarga podía quitarles velocidad a los movimientos del deporte, hoy está comprobado que sucede todo lo contrario. Actualmente no se concibe una mejora en la performance sin un trabajo integrador de todas las capacidades físicas (fuerza, flexibilidad, resistencia y coordinación).

Todo movimiento físico es realizado como resultado de determinada magnitud de fuerza, con cierto grado de velocidad, y que a veces debe ser repetido ininterrumpidamente o mantenido durante un tiempo. Por tal motivo, a la hora de querer mejorar el rendimiento físico, es vital integrar una dinámica de ejercicios de sobrecarga que tengan como objetivo final el aumento de los niveles de fuerza, para así conseguir una mejor respuesta hacia la demanda física del deporte que se practique o para la calidad de vida.

La ganancia de fuerza no necesariamente significa aumentar la masa muscular. Podemos mejorar nuestros valores de fuerza sin modificar la composición de los músculos. Todo dependerá de la metodología de entrenamiento que se defina. Pensar que el entrenamiento de la fuerza solo puede realizarse en una clásica sala de musculación es un error.

Además de que podemos mejorar la fuerza mediante ejercicios con nuestro propio cuerpo, sin elementos extras, también está la opción del gimnasio en casa, que muchas veces cumple mejor con los objetivos perseguidos. Las mancuernas, las barras, las bandas elásticas, las cintas de suspensión, las pelotas con y sin peso y las tobilleras suelen ser buenos aliados para conseguir distintas metas.

Sin abordar las diferentes metodologías de trabajo, las cuales dan respuesta a los diversos objetivos que pueda tener la persona –desde mejorar la fuerza en un salto hasta fines estéticos– a continuación mencionaremos algunas de las ventajas más importantes que obtenemos mediante el entrenamiento de esta capacidad física.

Mejora la postura general y protege en posturas forzadas en la misma práctica deportiva

Los músculos implicados en el mantenimiento de la posición se encuentran bien tonificados, protegiendo y evitando zonas del cuerpo más propensas a sobrecargarse por un posible debilitamiento muscular.

Previene lesiones

Una musculatura fuerte protegerá a las articulaciones como también habilitará a conseguir mejores ejecuciones motoras en posiciones forzadas, y evitará lesiones por sobrecarga inducida por alguna descompensación muscular.

Favorece el rendimiento deportivo

Se ha demostrado que el entrenamiento de la fuerza optimiza el rendimiento de los deportistas, ya que ayuda a mejorar la mecánica de los movimientos y a incrementar la fuerza que se aplica en cada gesto del deporte practicado.

Aumenta el gasto metabólico

El entrenamiento de la fuerza ha mostrado ser un potenciador de la tasa metabólica en reposo tanto en jóvenes como en adultos. Conjuntamente con entrenamientos que apunten a la condición cardiovascular, este entrenamiento se convierte en un binomio perfecto para las personas que deseen bajar de peso de forma saludable.

Reduce la pérdida de funcionalidad durante la vida

La fuerza muscular ayuda a tener una mejor calidad de vida en la vejez. Poder pararse, sentarse y caminar sin ayuda en esta etapa de la vida es crucial y aporta a la independencia y la dignidad de la persona.

Aumenta la densidad mineral ósea

Está comprobado que la aplicación de ejercicios de sobrecarga favorece la calcificación de los huesos

Mejora el sistema neuromuscular

No solo se obtienen mejorías en el mismo tejido muscular, sino que también amplifica el desarrollo del sistema nervioso, aumentando la calidad del mensaje cerebro-músculo.

Un equilibrado plan de entrenamiento es aquel que contempla trabajar tanto la fuerza como las capacidades cardiovasculares y la flexibilidad. Los objetivos de cada persona serán los que definan la mayor o la menor importancia de cada uno de estos ítems dentro del plan de entrenamiento.

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