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Entre la velocidad y los temblores

Sufrió el terremoto de 2016, cuenta cómo marcar a los ecuatorianos y tramita su nacionalización
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03 de julio de 2017 a las 05:00
Horacio Salaberry (30 años) es más conocido en Ecuador que en Uruguay, aunque nació en Nueva Helvecia y hasta los 25 años jugó en el fútbol uruguayo. Actualmente defiende a Liga de Quito, uno de los grandes de aquel país y es reconocido por la cantidad de goles que hace, si bien juega de zaguero.

Adaptado totalmente a la vida ecuatoriana, ya tuvo un bautismo de fuego: "Me tocó vivir el terremoto del año pasado. Hacía 10 minutos que habíamos llegado a Guayaquil y estábamos en el séptimo piso de la concentración con Diego Benítez, otro uruguayo. Él estaba acostado y yo caminaba. 'Ojo que tiembla, alejate de la ventana' me decía. Las puertas de los roperos parecían de vaivén. Se activaron las alarmas, se movía el edificio, se apagaron las luces, la gente lloraba y gritaba. Una locura", contó a Referí.

En junio de 2012 llegó por primera vez a Ecuador. "Fue complicado alejarme de la familia. Me costó adaptarme a la altura, a la velocidad de la pelota. Durante el primer mes lo sufrí, manejar el ahogo. Después los horarios; la cena era a las siete de la tarde y a las 10 de la noche ya tenía un hambre tremendo. Pero soy bastante abierto a los cambios y no me costó mucho".

El siguiente destino fue Liga de Portoviejo, en la costa, donde tuvo que adaptarse al calor. En 2015 saltó a Aucas, "un equipo muy popular". Ese año resultó perfecto deportivamente, porque estaba recién ascendido y lograron una clasificación internacional. Además, "siendo zaguero fui el goleador del equipo con nueve goles". Marcó de cabeza, de penal y de tiro libre.

El buen rendimiento individual "y grupal" –agregó– le abrieron la puerta de Independiente Santa Fe, club que se había coronado campeón de la Copa Sudamericana. "El primer contacto que tuve fue con Gerardo Pelusso, que me quería en diciembre. Después, cuando llegué, él se había ido".

Su debut en Santa Fe no lo olvida más: recibió dos amarillas en el segundo tiempo y, afuera. "Acá en Ecuador los delanteros son rapidísimos. Quedé mano a mano con un rival y la tiró larga, entonces lo tuve que cortar y me echaron. Íbamos ganando y no se podía ir", recordó Salaberry.

Marcar a delanteros tan rápidos le llevó un aprendizaje: "La parte táctica les cuesta porque no hay trabajo en Formativas, entonces llegan crudos a Primera. Pero tienen velocidad y son muy fuertes, entonces hay que adaptarse a marcarlos, con concentración, anticipando; si querés ir a la par, perdés seguro".

Este año llegó a Liga de Quito, otro club súper popular: "Estoy feliz, contentísimo con la institución. En diciembre pasado, después de la Recopa Sudamericana me empezaron a llamar de varios clubes. Cuando llegó la posibilidad de Liga no lo dudé. Sus instalaciones están entre las mejores de Sudamérica, tiene una historia rica y es un equipo ganador". Además tuvo el respaldo de Gustavo Munúa, quien fue contratado al mismo tiempo como entrenador.

Horacio se casó hace seis meses con Romina, oriunda de Juan Lacaze, y está gestionando los papeles para nacionalizarse ecuatoriano. En principio para no ocupar lugar de extranjero, aunque también existe la chance de jugar en la selección. "Sería un orgullo. Cuando jugaba en Aucas me comentaron de esa posibilidad, pero no sabía si era en broma o en serio; en ese momento no tenía los papeles". De todas formas, asegura que su futuro "será en Uruguay".

Anécdotas

Los inicios
Entre Defensor y Nacional
Nació en Nueva Helvecia, pero hasta los 15 años vivió en Ecilda Paullier, en el kilómetro 100 de la ruta 1. Jugaba al fútbol en Campana de Libertad y en las selecciones sub 15, sub 18 y mayor de San José. A los 15 lo querían Defensor y Nacional. Viajó a Montevideo a conocer las instalaciones de los dos clubes. "Visité la casita de Defensor en 8 de Octubre, atrás del Disco natural, el Pichincha y el Franzini. Después fui al Parque Central viejo, donde vivían los gurises; las instalaciones no eran las más lindas. Me decidí por Defensor y ahí me formé como persona y futbolista. Estuve hasta los 25 años".

Problemas de visa
Fue penalizado nueve meses
A mediados de 2012 llegó por primera vez a Ecuador para jugar en Mushuc Runa de Ambato. Junto a él fueron los uruguayos Francisco Vega y Alejandro Saravia. Tuvo que adaptarse a los 3.000 metros de altura, permaneció cinco meses y marcó cuatro goles. Al cabo del campeonato volvió a Montevideo, pero antes de salir de Ecuador tuvo una mala noticia: el club no había hecho la visa de trabajo, por lo que estaba penalizado y no podría volver a ingresar al país durante nueve meses. Había ingresado con visa de turista que le permite permanecer tres meses. Entonces jugó en Plaza.

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