En el fútbol se habla siempre de mantener el equipo, una base, para que los futbolistas se adapten a las ideas del entrenador y al juego de sus compañeros. Es un ideal, que no siempre se respeta, por diferentes motivos. Pero una cosa es hacer un cambio o dos, de un partido a otro, y otra es cambiar permanentemente, como lo hizo Nacional en los primeros cinco meses del año.
Primero fue por la búsqueda de un funcionamiento por parte de Gustavo Díaz, después porque Juan Carlos Blanco trató de imponer su estilo aunque tomara el equipo en forma interina y por último porque llegó Rodolfo Arruabarrena, sin tener un conocimiento profundo de los futbolistas que iba a dirigir y de los rivales a los que se iba a enfrentar.
En esta oportunidad, el cambio de jugadores y de puestos va de la mano con la variedad de entrenadores, y en este caso los dirigentes también tienen responsabilidad.
Adrián Romero quedó afuera del partido de mañana después de haber sido el que más minutos disputó en el Clausura. Suma 1.080 minutos en cancha y es el único que estuvo en las 14 fechas. Jorge Bava, que tiene la misma cantidad de tiempo que el Hueso, faltó a un partido (frente a Liverpool) por una neumonía. Romero es, justamente, uno de los que más cambió de lugar en estos meses: Frente a Barcelona de Guayaquil, Toluca y Defensor jugó de lateral izquierdo; contra Boca Juniors lo hizo de volante central, y la mayoría de los encuentros los jugó de zaguero.
Pablo Álvarez también cambió bastante: lo hizo en su puesto habitual de lateral derecho, pero también de volante contra Toluca y hasta de zaguero frente a Boca y Fénix.
Cuando Cacho Blanco incluyó a Andrés Scotti de lateral derecho frente a Boca, el experimentado jugador dijo que “para darle una mano al equipo juego donde me pidan”. Después volvió a su puesto de zaguero, permaneció un tiempo afuera por lesión y regresó en la fecha anterior.
Hay otros casos: Carlos De Pena, juvenil que debutó de volante y delantero zurdo en el verano marcando goles en los amistosos, actuó de lateral izquierdo frente a Danubio y ahora lo está haciendo de cuarto volante, aunque oficialmente no marcó goles; Christian Núñez, baluarte de la banda derecha, supo marcar la izquierda contra Boca; Gonzalo Bueno actuó de volante y de delantero; también lo hizo Vicente Sánchez; y Juan Albín, que llegó como figura, jugó de volante por derecha, de enganche y de volante por izquierda.
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