Luis, Gonzalo y Lucas Madrid

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En el nombre del padre

Lucas Madrid le dio a Uruguay su primer título en la categoría projunior del Tour Latinoamericano; su pasión por este deporte la heredó del ex futbolista Gonzalo y la comparte con su hermano Santiago
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12 de febrero de 2012 a las 22:38

A los 15 años Gonzalo Madrid ya jugaba en la Primera de Ituzaingó, en el fútbol de Maldonado. Entonces su hermano se apareció con una tabla de surf. Desde entonces el fútbol fue su vida y el surf su pasión, eso que ahora sus hijos llaman “enfermedad”.

“Mi viejo es más surfista que nosotros, es un viejo lobo de mar”, cuenta a El Observador Santiago Madrid, el hijo mayor del Pollo, el apodo que acompañó a Gonzalo durante sus 20 años de trayectoria futbolera.

“Soy puntaesteño de pura cepa. Viví ahí toda mi vida. Pero a los 18 años me separé del surf porque me fui a Montevideo, a estudiar derecho y a jugar en Wanderers. Eso sí, en cada día libre y en todas las vacaciones si había olas no había quién me parara”, recordó Madrid padre.

El Pollo, zaguero de profesión, debutó en Wanderers en 1982 y vistió otras 13 camisetas hasta retirarse en Deportivo Maldonado en 2002.

“Los años que me tocó ir afuera dejé de surfear porque el tiempo libre que tenía se lo dedicaba a mi familia”, contó.

Su gran pasión la retomó a los 34 años cuando colgó los botines. “Ahí empecé a tirarme con mis hijos que gracias a Dios se enfermaron como yo con esto de surfear”.

Lucas, el hijo del medio, cuenta cómo se enganchó con esta historia de correr olas y no se refiere a su padre como futbolista precisamente: “Mi padre era surfista, de verlo surfear, de a poco me empezó a interesar, en una Navidad tuvimos nuestra primera tabla. Él nos empujaba y nos fue enganchando. Queríamos estar todo el día en el agua”.

El más chico de los Madrid es Luis María. Tiene 16, mide 1,83 m y agarró para el deporte de combate ya que practica jiu-jitsu.

Logro histórico
Lucas consiguió la semana pasada en la playa ecuatoriana de Montañita un logro histórico al convertirse en el primer surfista uruguayo en ganar una etapa del Tour Latinoamericano en la categoría projunior.

En el Circuito Mundial después de la categoría open viene la junior que es sub 18 pero en el circuito ALAS, en Latinoamérica, se corre en projunior que es sub 21.

La etapa de Ecuador, el Reef Classic Pilsener Light, fue la tercera fecha del Circuito. La primera se disputó en Punta del Este en enero.

“Fue un muy buen torneo para mí, llegué a la final, fue a verme toda mi familia y mis amigos para coronarme y llevarme en andas al podio pero faltando 10 segundos me ganó el peruano (Joaquín Del Castillo). Quería meterme abajo de la arena y que me trague la tierra. Me quedó una espina clavada”, recordó Lucas.

A la etapa siguiente, Mar del Plata, no tuvo revancha: “Fue una desmotivación, las olas estaban malísimas. Además, arrastro un tobillo esguinzado y lumbalgia en la espalda. La re sufrí, se me hizo dura y me fue mal”, contó.

Entonces llegó la etapa a Ecuador. Para surfistas como los Madrid, cuanto más lejanos, los torneos son más riesgosos. ¿La razón? Los costos suben y la presión de pasar rondas para cubrir esos costos con los premios también se incrementa.

“Fue una prueba con récord de inscriptos y con un nivel increíble. Había competidores de Brasil, Puerto Rico, Perú, Argentina... Y pude lograr esto. Fui sin estar recuperado de la lesión, tomando un montón de pastillas para calmar los dolores. Me decidí a viajar porque iba mi hermano y porque ya tenía pagado el pasaje. Y se me dio. Fue una locura”, explicó.

“Yo estaba amargado por perder en segunda ronda sin ganar nada de plata”, contó Santiago.

“Entonces me dediqué a apoyar a morir a mi hermano. Lo aconsejé, nos entendimos muy bien y fue como si hubiésemos surfeado juntos. Cuando vi que ganó no sabía que hacer, se me caían las lágrimas de felicidad, se festejó a pleno”, agregó.

Para Gonzalo el sentimiento es de orgullo pleno: “Es una felicidad completa para mí, como padre y uruguayo; es genial ver a un hijo representar al país y hacer las cosas bien. ¿Qué más puede pedir un padre?”.

“Creo que son logros que sirven para demostrarle a los surfistas uruguayos que acá existe un muy buen nivel de competencia”, dijo Santiago.

Lo que viene
Lucas quedó así como líder del Circuito que consta de 13 etapas, tras las cuales cada surfista puntuará con sus ocho mejores.

El lunes próximo viajará a Chile para disputar la cuarta etapa, el Reef Classic Chile, al sur, en Pichilemu, en la playa Punta Lobos.

“Según cómo nos vaya veremos cómo nos seguimos moviendo. Estamos buscamos sponsors para poder financiarnos. La idea es poder hacer todas las etapas puntuables”, agregó Santiago.

Por ahora, de los costos de equipamiento, entrenamiento, viajes e inscripciones se encargan sus padres.

“Quick Silver nos da ropa y Klimax nos hace precio con las tablas”, explicaron.

Gonzalo anunció que la semana próxima los acompañará a Chile: “Cada vez que me hago un tiempo voy a verlos. Una vez fuimos a un Mundial junior en San Pablo”.

Entre el surf y el arte
“Este año me la jugué al surfing para después no arrepentirme de viejo y decir ‘pah, capaz que si me dedicaba podía ganar una etapa de circuito’. Por suerte se dio este triunfo que además es una motivación enorme”, contó Lucas.

El año pasado cursó el primer año de Administración de Empresas. Ahora se dedica de lleno al deporte: “De lunes a viernes entreno tres horas con un personal trainner y cuando hay olas hago doble turno en el agua”.

Santiago, en tanto, es artista plástico y estudia diseño gráfico. Trabaja free lance en diseño, arte e ilustración. Además, le queda un módulo para recibirse de instructor de yoga.

“Tengo un estilo urbano y en todo lo que pinto transmito un mensaje a la humanidad y a la conciencia de las personas. Al estar conectado con el océano hago cosas para que la gente se acuerde que debe preservarlo”, contó.

“Gimnasio no hago, siempre estuve en contra de eso. Por el yoga voy más a lo espiritual. Hago un programa de entrenamiento diseñado por un gringo que se llama Insanity donde se combinan artes marciales, aeróbica y gimnasia”, agregó.

Los tiempos cambian
Madrid padre, devenido empresario del fútbol tras cerrar su carrera como jugador, recordó sus tiempos como surfista y trazó paralelismos con el fútbol.

“En mis tiempos había tablas de una quilla, después vinieron las de dos y hoy están las tablas súper livianas de tres. Eso hizo cambiar al deporte. Si comparamos lo que se ve hoy con lo que se hacía en mis tiempos es como ver un partido de fútbol de 1930 y uno de la actualidad. Es mucho más rápido, agresivo y se adoptó mucho del snowboard y del skateboard, sobre todo en esa técnica llamada aéreos”, explicó el Pollo.

Deporte rápido, vida rápida. Signos de los tiempos que corren.

“Por eso hoy en día en lo técnico yo no les puedo enseñar nada a mis hijos. Lo único que intento transmitirles es la experiencia que acumulé como deportista en tantos años con el fútbol”, expresó.

“Nosotros empezamos a surfear juntos en Zorba. Pero esa zona fue estropeada para surfear. Ahora paramos en el Emir y nos vamos moviendo para donde se encuentren olas: a veces José Ignacio y también vamos a Rocha”, contó Santiago.

“En mis tiempos éramos un grupito chico el que surfeaba. Ahora se produjo una explosión y cada vez hay más chicos que se suman”, expresó Gonzalo.

“Con mis amigos teníamos un solo traje de invierno y lo repartíamos con pajita. Éramos cuatro. Los materiales eran diferentes, no habían botitas de neopreno. En invierno después de los 30 minutos había riesgo de hipotermia. El único material para aprender era la revista Surfer Magazine y nos alimentábamos de eso”, rememoró Madrid padre.

“Yo soy de la época de youtube”, afirmó Lucas. “Mi ídolo es Kelly Slater, 11 veces campeón del mundo. Mirando a los fenómenos se prueba y se aprende”.

El Pollo es de la época de Mark Peters y Tom Curren.

“Muchas veces fuimos a parar a la comisaría. Nosotros y las tablas. Prefectura ponía zonas de baño y si las invadíamos nos llevaban, lo mismo si nos metíamos en días de tormenta. Hoy en día se universalizó todo, el mundo cambió”, reflexionó Madrid.

Punta del Este es su lugar en el mundo. El surf es su razón de ser. “Una filosofía de vida”, según expresa Santiago, y según sienten su padre –más surfista que ex futbolista– y su hermano, el líder entre los projunior del Circuito Latinoamericano de surf.

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