El show de Berlusconi con su enemigo público

El ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi (76), se enfrentó en un debate cara a cara con el periodista de la televisión pública Michele Santoro. Ambos están enemistados desde 2002, cuando Berlusconi, en ese momento primer ministro, dijo que Santoro y otros dos periodistas hacían un uso “criminal” de la “caja tonta”, en referencia a sus intervenciones en televisión.

Según informa el diario español El Mundo, “Il Cavaliere” realizó en esa oportunidad un ataque directo a la libertad de expresión que se conoció como el “edicto búlgaro” y terminó con la salida de los tres “molestos” periodistas de la RAI.

Anoche, Berlusconi fue al programa “Servicio Público”, que Santoro tiene en La Siete, la “más minoritaria de las cadenas generalistas italianas”, según El Mundo. La razón de la exposición: estar presente en el prime time y ante un público que no le tiene mucha simpatía, de cara a las elecciones del 24 y 25 de febrero. Se estima que unas nueve millones de personas vieron el programa.

El portal del diario español La Vanguardia indicó que el exjefe de gobierno “superó el examen de Santoro y de otro periodista muy agresivo, Marco Travaglio”, quien suele atacar a Berlusconi y sus políticas. “Parece que hubo un pacto previo para no tratar asuntos judiciales en curso”, publica la web española.

Santoro y su equipo le reprocharon en la cara a Berlusconi el haber metido a Italia en la crisis. Según El Mundo, Berlusconi se defendió con soltura e ironías.

De todas formas, el programa tuvo momentos de gran tensión. Según El Mundo, cuando Travaglio, subdirector del diario 'Il Fatto Quotidiano' y columnista del programa de Santoro, salió a escena, “se sentó en una silla y comenzó a leer una de sus típicas y demoledoras cartas, repleta de datos y de hechos, y en la que pasó revista a muchas de las impresentables amistades de Berlusconi, a las 42 chicas que asistían a sus 'bunga-bunga' y a cada una de las cuales paga una media de 2.500 euros al mes para 'resarcirlas' de la mala imagen que soportan”.

En ese momento, Berlusconi, que ya estaba enojado, solicitó al conductor del programa que le dejara sentarse en la silla de Travaglio. El ex primer ministro imitó las habituales columnas del periodista y leyó una carta con ataques al columnista. El Mundo publica que le recordó “las diez condenas por difamación que le han caído al subdirector de 'Il Fatto'”.

Santoro, la “bestia negra”, como suele decirle Berlusconi, se enajenó e interrumpió a Berlusconi argumentando que esas condenas son normales para los periodistas.

La sensación que dejó el debate, finalmente, fue que Berlusconi tiene cuerda para rato.