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El regreso del ¡Soy Celeste!

Uruguay aprovecha la revolución FIBA para llegar al corazón del hincha, que volverá a ver a la selección en casa
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01 de abril de 2017 a las 05:00
En el Cilindro Municipal colmado como pocas veces, no cabe un alfiler, ni en las escaleras. Aquel 3 de junio de 1995 quiere quedar marcado en la historia del básquetbol con esas 15 mil almas, como tantas fechas que hicieron al deporte del cesto la segunda pasión de los uruguayos y capaz de generar un vínculo con el hincha, solo superado por el fútbol.

Los celestes, dirigidos por Víctor Hugo Berardi y capitaneados por Luis Eduardo Pierri, conquistan su décimo título continental. Uruguay es una fiesta. Una multitudinaria caravana recorre 18 de Julio. Lejos de la época de las redes sociales, el póster de la selección adorna los comercios al otro día. No era más que un mandato de la historia y la continuidad que había tenido en cada época a sus referentes y campeones en ese estrecho vínculo con los hinchas. Hilvanados por tantos cracks, como Adesio Lombardo, Roberto Lovera, Héctor Costa, Omar Arrestia, el equipo de 1981 de Carlitos Peinado, Tato López y Fefo Ruiz.

El básquetbol era motor de tantas ilusiones y el que llenaba el corazón del hincha que gritaba "¡soy celeste!", hasta quedar ronco.

Por el descuido de los dirigentes de turno, porque el histórico Federico Slinger no brindó el espacio ni lo promovió para la renovación de los cuadros dirigenciales en el final de su mandato, el básquetbol uruguayo se quedó huérfano. En el nuevo milenio, Uruguay ya no fue anfitrión de torneos importantes.

El hincha empezó a vivir a la celeste del básquetbol a distancia. Los jugadores perdieron el sentido de pertenencia. Las renuncias al combinado se repitieron. Y aquello que era de todos, se transformó en el equipo de unos pocos.

El último contacto que los hinchas de básquetbol tuvieron con la selección fue en el Sudamericano de 2003. Desde hace 14 años la Federación Uruguaya de Básquetbol (FUBB) no recibe un torneo oficial de mayores y el último amistoso internacional importante que jugó Uruguay de local ya tiene más de un lustro, fue en 2011.

"Hay que tener en cuenta que con este nuevo sistema de competencias la selección de básquetbol tendrá la oportunidad de recuperar aquel vínculo con el hincha jugando en casa cada tres meses. Algo así como sucede con el fútbol y que con nuestro deporte no pasaba en Uruguay", Ricardo Vairo.
En este 2017, la Federación presidida por Ricardo Vairo busca aprovechar los nuevos vientos que soplan para cambiar el rumbo. El giro que le dio la FIBA a todas sus competencias internacionales, le brindó a Uruguay el espacio para crecer.

Entre los días 26 y 28 de agosto el Palacio Peñarol será sede del grupo B de la Américas Cup. En el torneo participarán Estados Unidos, Canadá, México, República Dominicana, Puerto Rico, Panamá, Islas Vírgenes, Uruguay, Argentina, Venezuela, Chile y Paraguay. Brasil está suspendido por FIBA. Argentina y Venezuela tendrán las otras subsedes.

El sorteo se realizará a fines de abril y allí se determinarán las otras tres selecciones que viajarán a Montevideo. Los tres primeros de cada grupo (si Argentina gana su serie va el segundo), clasificarán al cuadrangular final que se jugará en Argentina.

En noviembre comenzarán las Eliminatorias para el Mundial de 2019. Con un régimen similar al del fútbol, de local y visitante, Uruguay jugará ante las mejores selecciones del continente en noviembre próximo, febrero, junio, setiembre y noviembre de 2018 y febrero 2019. El Mundial de Japón tendrá lugar para siete equipos de las Américas.
¿Cómo se construye esa identidad? Con un trabajo multidisciplinario. Desarrollamos el proyecto del Centro de Alto Rendimiento para generar identidad de los propios jugadores. Porque es un proceso que va desde adentro hacia afuera. Desde los dirigentes, jugadores y entrenadores hacia el público. Tenemos que recuperar el sentido de pertenencia histórico del hincha con el básquetbol", Ricardo Vairo.

Por su parte, la FUBB y la Confederación Argentina de Básquetbol siguen adelante tras la sede del Mundial de 2023.

"¿El Mundial? Estamos entusiasmados trabajando con Argentina. Creemos que nos encontramos en carrera en serio", dijo Vairo a Referí.

El presidente expresa que el ANTEL Arena estará pronto para junio de 2018 y se transformará en la sede de Uruguay para la recta final de las Eliminatorias y para una sede del Mundial de 2023, si FIBA finalmente se lo otorga a los países del Río de la Plata.

Con ese envión que llega desde el exterior, Uruguay profundiza una revolución en el básquetbol que pretende recuperar aquel sentido de pertenencia histórico, en el que el hincha se sentía orgulloso de ver a aquellos jugadores que defendían como leones la blusa celeste.

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