El Puma en la ruleta de los empresarios

"A los representantes sabremos decirles que no", dijo José Luis Rodríguez en una entrevista que brindó a Referí en plena campaña electoral para la presidencia de Nacional. "Nacional está lleno de casos últimamente en los que vienen jugadores, les pagamos el sueldo y no juegan: el colombiano Valdés, Velásquez, Ribair Rodríguez. Entonces no es que no tenemos poco presupuesto, el problema es que no lo administramos de forma profesional", agregó en aquella nota Rodríguez, quien se transformó en el presidente del club el 12 de diciembre de 2015 tras ganarle las elecciones al oficialismo liderado por Eduardo Ache. Pasó un año y medio de gestión y pese a las buenas intenciones, los representantes siguen haciendo su negocio con Nacional.

Para cumplir con el pago de los US$ 3 millones de la cláusula de rescisión de Rodrigo Amaral, Daniel Fonseca pretendía quedarse con el 100% de las fichas económicas de los juveniles sub 17 Guillermo Centurión y Santiago Rodríguez, pagando en cuotas a cuatro años. El martes de noche, los dirigentes de Nacional y el abogado del contratista manejaban una alternativa, pagar US$ 1,5 millones (la mitad de la cláusula de rescisión) y no incluir a los juveniles en esta operación.

Pero antes fue Pablo Bentancur, que en la operación de regreso de Nicolás López incluyó al delantero Sebastián Sosa, que apenas jugó 16 minutos en el Uruguayo Especial y ahora está a préstamo en Boston River.

Más atrás en el tiempo, en 2006 el presidente Eduardo Ache negoció a Luis Suárez, representado entonces por Fonseca, en US$ 900 mil a Groningen holandés a pesar de que el club había recibido ofertas más importantes de Anderlech y Flamengo: "Los jugadores ya no responden más a los clubes, responden a los contratistas", dijo el dirigente a raíz de aquella operación que involucró a uno de los mejores delanteros del mundo en la actualidad.

En 2007 llegó a los albos Marcelo Sosa en el marco de un acuerdo para la continuidad de Gonzalo Castro y Jorge Martínez, todos representados por Francisco Casal. Volvió a sonar el término de "paquete", que fue impuesto por la prensa cuando Casal llevó a Nacional a cuatro jugadores al mismo tiempo en 1996: Álvaro Recoba, Néstor Correa, Ricardo Bitancort y Jorge Puglia. La forma de negociar de los representantes no es nueva ni exclusiva de los dos nombrados.

El primer trancazo que tuvo Rodríguez fue con la ida de Iván Alonso a River argentino. Era el capitán, goleador e ídolo de los tricolores. El delantero tenía un año más de contrato, pero el club lo dejó ir y los hinchas explotaron en las redes sociales.

En enero de 2016 Rodríguez expresó públicamente que había tomado "la mejor decisión para Nacional, pero la peor para el presidente". En aquel momento se acordó que los tricolores iban a recibir US$ 60 mil correspondiente al sueldo de enero del jugador y US$ 200 mil a los seis meses producto de un amistoso contra River en Argentina, más otro amistoso en el Parque Central donde lo recaudado sería íntegro para los albos. Todo sumaba unos US$ 500 mil.

Entonces Rodríguez descartó recibir algún jugador de River como parte de pago (se hablaba de Camilo Mayada, Nicolás Bertolo y Tabaré Viudez), pero seis meses después cambió de idea y aceptó a Viudez, quedándose Nacional con el 20% de su ficha a cambio de la deuda del club argentino por Alonso.

La mala imagen que le generó la ida de Alonso, hizo que meses después el presidente no aceptara ofertas que recibió por Diego Polenta, a pesar del crítico momento financiero de la institución. Al conocerse el interés de clubes argentinos por el capitán, los hinchas se pronunciaron fuertemente en Twitter bajo el hashtag #PolentaNoSeVa. En cada período de pases aparecen interesados por el zaguero, pero ya sea por decisión del jugador o porque la oferta no satisface totalmente, sigue en el club, pese a que Heber Lambert, secretario de la directiva expresó hace unos meses que "Nacional tiene un déficit que necesita cubrirlo vendiendo a un jugador".

El lunes último, después de cuatro horas de reunión, el presidente Rodríguez, el dirigente Pablo Durán y el empresario Fonseca (también participaron Amaral y su madre, pero no estaban en el momento de cerrar los números) llegaron a un acuerdo. Más tarde, los términos del mismo (Fonseca pagaría en cuatro años los US$ 3 millones por Amaral y se quedaría con los juveniles Centurión y Rodríguez) fueron avalados por la directiva en una votación que salió 8 a 1: votó en contra Antonio Palma y no estuvieron en la reunión Luis Fernández y José López Rubio (suplente de Eduardo Ache). El acuerdo generó un gran revuelo entre los hinchas y al cierre de esta edición Nacional intentaba darle un giro al acuerdo: bajar 50% la cláusula por Amaral a US$ 1.500.000) y no ceder las fichas de los juveniles.

El pase del capitán y goleador de Nacional a River Plate argentino en enero de 2016 fue el primer cortocircuito que tuvo el presidente José Luis Rodríguez con los hinchas del club. Alonso tenía contrato vigente por un año más, pero se fue a cambio de US$ 60.000 y dos partidos que nunca se jugaron. Al final, el club recibió 20% de la ficha de Tabaré Viudez.

El zaguero sustituyó a Alonso en el capitanato del plantel. Llegó a préstamo por un año durante la gestión de Eduardo Ache y luego el club negoció con Pablo Bentancur para quedarse con el 50% de la ficha. A cambio llegó Matías Malvino al club y los tricolores cedieron el 100% de Sebastián Gorga. En la actual presidencia se han recibido ofertas por Polenta, pero aún sigue en el club.

El Diente se fue del club antes de cumplir 18 años. Se lo llevó el representante Bentancur, que a mediados del año pasado negoció su vuelta a Nacional por un año a préstamo. En la negociación entró el delantero Sebastián Sosa –que casi no jugó–, pero a los seis meses de contrato López, quien se había constituido en figura y goleador del equipo, se fue a Inter de Brasil.

El zaguero volvió al club en enero de 2016, libre de Independiente donde había jugado poco por una lesión. Se recuperó en Nacional y terminó el año en gran nivel. El club y el jugador no llegaron a un acuerdo para la renovación del contrato y Victorino se fue a Cerro Porteño. En su lugar llegó Alexis Rolín, lesionado, y que aún no pudo debutar en el equipo de Lasarte.