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El plan: ¿hacia dónde va el básquetbol uruguayo?

Ricardo Vairo, el nuevo presidente de la Federación de Básquetbol, analizó la situación del deporte
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16 de octubre de 2016 a las 05:00
Del mundo de la publicidad y del marketing llegó a la Federación Uruguaya de Básquetbol (FUBB) con propuestas innovadoras. Seis años después, con un salto de calidad comprobado en la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB), a Ricardo Vairo le confiaron la presidencia de la FUBB hasta 2020.

¿Cómo lo tomó la presidencia?
No diría que me sorprendió; tampoco llegué a la Federación para ser presidente. En el primer año me costó entender y creer que todo es más fácil de lo que resulta. Hay mucho trabajo, es una federación con un nivel de personal acotado, una estructura pequeña para todo lo que abarca, y que sigue creciendo.

La FUBB está considerada por FIBA como una de las tres mejores de América en organización. Compite en todos los torneos internacionales de todas las categorías masculinas y femeninas, y genera una interacción muy profesional.
Desde hace seis años, en la Liga encaré el trabajo haciendo algunos cambios, y eso promovió que la Federación creciera mucho a nivel de ingresos, de espónsores. Más torneos, más competencias, mayores exigencias. Intentamos iniciar un camino de profesionalización. Era una federación con mucha gente trabajando voluntariamente, y los objetivos que nos trazamos exigían y exigen profesionalizarla más. La Liga creció mucho, especialmente en imagen. Logramos una versión más marketinera en cuanto a tener un objetivo, definir estrategias y controlar variables como nivel de entradas, dónde se juega, el formato. Hubo mucha discusión interna, especialmente en el formato. Queríamos uno que fuera atractivo en todas las etapas y cuando hacíamos el análisis, veíamos que en la segunda rueda la venta de entradas caía estrepitosamente, se perdía dinero en 100 partidos, porque de ocho equipos que clasificaban a la ronda final siete eran los mismos y se jugaba una rueda solo para definir descensos y quién iba octavo. También descubrimos que la localía no tenía un peso considerable, porque el 45% de los partidos los ganaba el visitante. Ahora, después de cuatro años, se va consolidando el nuevo sistema.

Cuando llegó a la FUBB en 2010, ¿qué respuestas recibió?
Llegué con un lenguaje diferente al que manejaban. La Liga era un montón de partidos que tenía un campeón, y eso estaba lejos del objetivo que queríamos para vender más entradas, para conseguir más auspiciantes.

¿Hoy la Liga está bien posicionada?
Creo que sí. Generamos una asociación entre marcas y la empresa que tiene los derechos de TV, y cada paso que dimos fue hacia adelante.

¿Dónde nació la idea de comenzar la Liga 2016-2017 con la primera fecha con todos los partidos clásicos?
A diferencia del fútbol, que sin Nacional ni Peñarol no sería igual, el plan debe ser global. A partir de esa idea se planteó este calendario, que no es solo el arranque de la Liga 2016-2017: son acciones que se vienen desarrollando hace años. Por ejemplo, implementamos el sistema de pago de costos hace tres años. Todo lo que se recauda por espónsores va a una bolsa que paga los costos de los partidos. Los clubes solo se encargan de pagar salarios de sus planteles y el funcionamiento de sus instituciones. Antes, cuando los clubes llegaban a fin de mes a la FUBB, en lugar de cobrar terminaban pagando porque los partidos les daban déficit. Fue un cambio importante, un abordaje solidario. También implementamos un sistema de premiación a los ocho primeros. El campeón se lleva $ 700 mil, más todos los gastos pagos de los partidos que jugó, y las recaudaciones quedan para los clubes. Por eso, hoy los clubes tienen los gastos cubiertos y además recaudan.

¿Cómo se puede graficar el éxito de la Liga más allá de lo que se ve en las tribunas?
El cambio de formato se ve en los números: en cuatro o cinco años pasamos de 245 entradas de promedio a más de 630. Hoy podemos decir que la Liga está consolidada, pero tampoco nos podemos descansar.

La FUBB lanzó una Campaña de valores que en los papeles parece perfecta, pero puede acercarse a una utopía. ¿Hasta dónde se pretende llegar?
El básquetbol encaró el tema de la violencia hace muchos años y con buenas herramientas, con un código de penas severo, que incluía suspensiones y desafiliaciones, con los guardias privados en lugar de la Policía. Eso dio resultado, porque los problemas son menores. Pero debemos tener algo claro: el objetivo no es violencia 0, porque en la sociedad actual sería una utopía. Es tratar de que exista la menor cantidad de episodios violentos. En la actualidad prácticamente no hay violencia. En comparación con el fútbol, además de que es un deporte mucho más grande que el básquetbol, hay valores diferentes. El básquetbol sigue siendo un deporte amateur para los directivos; por supuesto que los jugadores cobran.

¿Por qué el interior aparece tan lejos del básquetbol?
El interior entra mucho. ¿Qué es integrar el básquetbol y hacerlo nacional? ¿Integrar equipos a la Liga? Ningún otro deporte lo intentó como el básquetbol en más de 10 años, y no dio resultados, porque no están dadas las condiciones por un montón de motivos. Mirá cuál es la dinámica que sufren los equipos del interior: entrenan chiquilines, los forman, cuando tienen 18 años se vienen a Montevideo, y se quedan sin sus jugadores. Entonces, ¿cómo arman un equipo para la Liga? Llevan jugadores de Montevideo que les cuestan como si fueran extranjeros, porque cobran más y deben pagarles casa, comida y viajes. Por otra parte, y esto lo digo con propiedad porque soy de 'afuera': en el interior tenemos orgullo y cuando armamos un equipo es para tratar de ganar. Y si no se mantiene eso, que fue lo que pasó, el día que el interior empezó a tener que bajar de niveles en sus aspiraciones, se generó la desmotivación automáticamente.

Entonces, ¿qué es integración en el básquetbol?
Si la integración es que jueguen equipos del interior en la LUB, vamos a la frustración absoluta. Lo podremos lograr un año, dos, pero a la larga se va a caer. Pasó en el fútbol. También intentamos haciendo un Metropolitano con equipos del interior, y tampoco resultó. ¿Por dónde estamos yendo? Por el medio vaso lleno, y empezamos a descubrir las fortalezas del interior. Por ejemplo, algunas zonas con mucho básquetbol, que juegan todo el año. Potenciamos el desarrollo de jugadores del interior, en su hábitat. Salto, Paysandú, Río Negro y Soriano juegan en sub 14, sub 16 y sub 18 un torneo de más de 30 equipos de marzo a noviembre y luego se cruzan con los clubes de Montevideo. Invertimos en eso, para que se consolide el semillero.

¿Es impensado tener equipos del interior en la Liga?
Pensamos hacer cambios a nivel de Liga con la cesión de plazas. En este nuevo esquema capaz que algún año se puede integrar un equipo del interior. El objetivo de 14 clubes con cinco plazas del interior es inviable y ya no solo por un tema económico, sino por nuestra idiosincrasia: como país estamos partidos.

¿Cuál es el plan que empiezan a desarrollar con las escuelas?
Masificación. El desafío es volver a poner el básquetbol en la escuela y hacerlo a través del 3x3, que es una disciplina más fácil de integrar.

Cuando algunos dicen que el rugby desplaza al básquetbol del segundo lugar como deporte más popular, ¿qué reflexión le merece?
Con mucho respeto por el rugby y por los demás deportes, no comparto esa apreciación. Es incomparable. El rugby está haciendo un buen trabajo, pero decir que reemplazó al básquetbol lo dirán porque tienen una preferencia por ese deporte o porque están contra del básquetbol. El rugby no tiene una Liga de primera división como el básquetbol. Mientras el básquetbol toma la Liga como trampolín, el rugby la selección. También la URU tiene una gran ventaja, que es apoyada del exterior. Lo nuestro es autosustentable porque la FUBB no recibe ni un peso de FIBA. l

Si la integración es que jueguen equipos del interior en la Liga, vamos a la frustración absoluta. Lo podremos lograr un año, dos, pero a la larga se va a caer" Si me preguntás si quiero ver a Uruguay en el Mundial de mayores, por supuesto, te digo que ¡sí! Pero todo tiene un orden Con el nuevo sistema de eliminatorias vamos a tener jugando en Uruguay a la selección. ¿Cuánto hace que el público no puede verla de local"

"¿La selección? Hay que tener paciencia"


La selección parece la pata suelta de la mesa de la FUBB, ¿qué planes tiene?
Lo que vimos en estos años permite generar cambios. Se realizaban procesos aislados, no había integración. Entendimos que debía haber un trabajo de todas las categorías, más profundo y extenso, que no fuera puntual para los torneos. Hoy ya lo tenemos. Nombramos un cuerpo técnico estable desde la selección mayor a U15. Generamos una plataforma digital en la que tenemos la base de datos de todos los jugadores que pasan por selecciones. En la U15 ya no trabajan 20 jugadores, participaron más de 80, y también integramos a los entrenadores de los clubes para que vean lo que se hace. Buscamos que la base se amplíe y para ello los entrenadores están viendo jugadores permanentemente. Además, el año que viene empezaremos un proyecto de detección de altura y antes de fin de año abriremos el centro de entrenamiento del básquetbol en UGAB, lo que nos va a permitir tener un gimnasio para todas las selecciones. Tendremos más competencias a nivel internacional con Argentina y Brasil. También tenemos el desarrollo del femenino.

¿El programa de selecciones está atado a Vairo o a Signorelli?
De ninguna manera. Este es un programa de la FUBB y debe ser un programa sin nombre propio. Un aspecto fundamental: un programa implica tener paciencia, saber esperar la maduración de los procesos. Si me preguntás si quiero ver a Uruguay en el Mundial de mayores, por supuesto, te digo que ¡sí! Pero todo tiene un orden, primero apuntamos a generar una metodología de trabajo que nos permita ser más competitivos a nivel internacional; después debería venir el resto. Este es un trabajo casi evangelizador que va dando frutos y nos vamos convenciendo con políticas de puertas abiertas, que hay que involucrar a la gente.

¿Por qué la selección de básquetbol no consigue la misma mística que tuvo en otras épocas o que lograron otros deportes?
La idea de generar un cambio está previsto a partir de los pasos que estamos dando en el proyecto de selección, porque ahora tenemos la oportunidad de que con el nuevo sistema de eliminatorias vamos a tener jugando en Uruguay a la selección. ¿Cuánto hace que el público no puede verla de local en un torneo oficial? Desde el Sudamericano de 2003. Hace 13 años que a la selección de básquetbol la ves por tv en el exterior, y no genera el ida y vuelta con la gente.

¿Van a estar Batista y Granger en la próxima selección?
Apostamos a que estén todos. Está de nuestro lado demostrar a los jugadores que es un proyecto serio el que encaramos. Por lo pronto, nos ayudó mucho el último Sudamericano de Venezuela, porque se hizo una preparación inédita. El presupuesto fue el mismo de siempre, lo que hicimos fue cambiar la forma: cantidad por calidad. Antes entrenaban tres meses, esta última vez fueron 25 días en Estados Unidos. Eso fue bueno. Los jugadores lo valoraron y dijeron que nunca tuvieron una preparación así. Los entrenadores también. Eso permitió que se generara buen grupo y credibilidad.

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