Tras la consagración de Aguada como campeón de la décima Liga Uruguaya de Básquetbol, los jugadores rojiverdes Pablo Morales y Alejandro Muro, se subieron a los aros para cortar las redes y cumplir con la tradición porque “donde emboca un campeón no emboca nadie más”, como dice el dicho.
Apenas unos segundos después de haber subido, cuando Muro pedía a los utileros del club unas tijeras o a los hinchas algún encendedor, se llevó una gran sorpresa. Por detrás de él apareció un veterano hincha que con gran agilidad se trepó al tablero por la parte trasera para ayudarlo con el trámite.
Para sorpresa del jugador, el simpatizante sacó de su media una navaja y se la dio al jugador para que cortara la red. No sin antes pedirle que le dé un trozo del trofeo simbólico. De inmediato, el misterioso hincha acaparó la atención en redes sociales entre los seguidores del partido. Todos se hacían una misma pregunta: ¿cómo evadió los controles de seguridad?
Otra vez quedaron al descubierto falencias graves a la hora de prevenir incidentes en los espectáculos deportivos. La gran cantidad de gente en las escaleras, la invasión antes de que terminara el encuentro y los cerca de 200 hinchas que quedaron afuera con sus entradas, fueron otros de los graves problemas de la organización.
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