El juego estuvo subido de tono y el árbitro mostró 11 tarjetas amarillas (siete a Peñarol y cuatro a Danubio). Se paró varias veces y algunos jugadores discutieron como Nandez y Gravi.
Al final del encuentro el volante danubiano discutió con jugadores aurinegros y cuando se iban, entraron en la manga que se sacudió de un lado al otro. Los árbitros corrieron al lugar de los hechos pero fueron más los que separaban para evitar males mayores.