Durant y James

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El oro más trabajado

Estados Unidos llegó como candidato a llevarse la dorada en básquetbol, pero antes de colgarse la 14ª medalla en el pecho debió esforzarse a fondo
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12 de agosto de 2012 a las 21:13

Aquellos que imaginaban que el recorrido de las estrellas de la NBA por el torneo de básquetbol de Londres 2012 iba a ser un paseo de salud hasta el oro, descubrieron ayer que es verdad que Estados Unidos tiene el mejor básquetbol del planeta, pero que para colgarse la medalla de oro en el pecho tuvieron que trabajar intensamente la final frente a España antes de asegurar la victoria.

España, que jugó un partido soñado, en el que todos dejaron el alma en la cancha y que se plantaron de igual a igual frente a los superpoderosos, luchó por el oro olímpico hasta el final mismo del partido, pero la calidad del equipo dirigido por Michael Krzyzewski pudo más que toda la voluntad español, que finalmente cayó 107-100 en un extraordinario partido de básquetbol.

Para los estadounidenses la de ayer fue la 14ª medalla de oro que logran en 18 ediciones olímpicas.

En la cancha los dos dejaron sus mejores momentos de básquetbol. Estados Unidos porque tuvo que esforzarse a fondo para llegar al triunfo, y España porque utilizó todas las artimañas posibles para llevar el juego al nivel que más le servía. Cuando los europeos tuvieron que ensuciar el partido, bajar una mano, hacerles sentir el rigor a las estrellas y llevarlos de pesado en la cancha, lo hicieron. Y cuando tuvieron que cambiar triple por triple, también lo hicieron. Esas situaciones llevaron a que el equipo norteamericano perdiera el control que mantuvo a lo largo del torneo frente a todos sus rivales.

El North Greenwich Arena fue testigo ayer de la mejor expresión de básquetbol que se haya visto en mucho tiempo, por España y por Estados Unidos.

Lo que jugó la Bomba Navarro en el primer cuarto fue increíble. A fuerza de triples, él solo fue capaz de frenar a Estados Unidos. Los campeones defensores le tiraban a los españoles con sus mejores cartas, la de un intratable Durant, el goleo de Kobe Bryant o de LeBron James, pero España le daba con Navarro. Se mataron a pelotazos en el primer cuarto, tanto que jugaron los 10 primeros minutos a un ritmo de partido de 140 puntos, con promedios de acierto altísimos (65% en cancha, terminaron en 49%).

Ante tanta efectividad, la defensa parecía quedar en un segundo plano. Sin embargo, cada ataque se transformaba en una batalla a fondo de los defensores que buscaban evitar lo que los jugadores resolvían con singular precisión.

Fueron a fondo en cada jugada, y cuando Navarro bajó la guardia aparecieron Rudy Fernández, Pau y Marc Gasol. El partido siempre estuvo a mano de los dos. Finalmente el primer tiempo se cerró 59-58.

A esa altura Durant era incontrolable, ya no solo por lo que goleaba sino por los rebotes que sumaba (terminó con nueve). Love entraba para sumar minutos de calidad, a los que ya habían aportado LeBron, Bryant y Paul.

Estados Unidos siempre estuvo adelante en el marcador y en distintos pasajes logró algo de luz en el marcador (22-16, 35-25, 50-44), pero España permanentemente encontró la fórmula para igualar y pelear.

Jugando a un ritmo infernal entraron al último cuarto 83-82, pero cuando promediaba el último período Durant acabó con todas las esperanzas de España. Los campeones se distanciaron 95-87 y, pese a que los europeos querían seguir buscando el histórico triunfo, las piernas ya no resistían más. La suerte de los españoles estaba echada y debían conformarse con la plata.

De todas formas, la final de básquetbol de 2012 será recordada como la más intensa demostración de básquetbol en la que el alma de los españoles estuvo cerca de alcanzar un milagroso oro.

En la cancha quedó reflejada la más pura expresión NBA y en el efusivo abrazo de Kobe Bryant a Pau Gasol al final del encuentro, el reconocimiento del estadounidense para el español, porque lo que hicieron los europeos mereció también un reconocimiento dorado.

Se acabó la final. Se terminó el básquetbol. La música suena a decibeles intolerables. Los NBA saltan y festejan en el medio de la cancha. Los españoles sufren la derrota pero sienten orgullo. No es para menos. El oro que parecía tan simple, fue el trabajo más complejo que tuvieron que afrontar los poderosos NBA.

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