En una llave que tenía perdida de antemano en los pronósticos hasta del más entusiasta hincha de Trouville y que todavía arrancó 2 a 0 abajo producto de la natural supremacía de los macabeos, el equipo de Álvaro Tito se puso a tiro con dos hazañosos triunfos.
Perdía por 17 puntos al final del tercer cuarto el rojo de Pocitos que encaró todo el partido sin su pívot panameño, Ernesto Oglivie. El partido estuvo marcado por una trifulca que se generó sobre el banco de Macabi cuando Alex López y Leandro García Morales intercambiaron patadas en una corrida de cancha y en el borbollón Agustín Zuvich golpeó en la espalda y tomó del cuello a López. Este y Zuvich fueron descalificados, pero García Morales no fue sancionado.
Con libres que capitalizó Leandro, el macabeo sacó un rédito de 17 puntos y el partido parecía cosa juzgada.
Pero en el último cuarto, (en el que Trouville terminó arrollando con un parcial de 27-13) se dio vuelta todo. Con Joaquín Izuibejeres como cerebro porque lee el básquetbol como nadie. Y con Musa Abdul Aleem inspirado como nunca. Talentoso y atlético. Una versión que hizo olvidar sus previos partidos de jugador rachero y exasperantemente individualista, más allá de que haya sido clave en el quinto partido ante Goes.
Pasó el rojo con un parcial de 14-0 pero Luciano Parodi se cargó a Macabi al hombro anotando todos los puntos del equipo en el último cuarto. Su salida por quinta falta fue determinante. Reque Newsome y Abdul-Aleem anotaron entre un mar de brazos desesperados. Y el triunfo merecía el final que tuvo: en un rebote sucio donde los gigantes gateaban, Jaime Lloreda anotó una décima de segundo fuera del tiempo reglamentario y la repetición en la tele convalidó el triunfo que aún retumba por todo Pocitos.
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