El nuevo estadio Maracaná de Río de Janeiro, que acogerá las finales de la Copa Confederaciones y del Mundial 2014, abrió el sábado sus puertas para un partido amistoso al que asistió la jefa de Estado brasileña, Dilma Rousseff.
La capacidad total del estadio es ahora de 78.838 espectadores, pero será reducida a 76.935 en competiciones de la FIFA.
Las obras en el templo del fútbol brasileño comenzaron en agosto de 2010 y, según las cifras más recientes divulgadas este mes por el gobierno brasileño, costaron US$ 404 millones.
El Maracaná es el quinto estadio mundialista concluido y ha sido reabierto con cuatro meses de retraso respecto al calendario de la FIFA, que esperaba contar para diciembre pasado con las seis sedes de la Copa Confederaciones, que comenzará el 15 de junio en Brasilia, cuyo estadio será entregado el próximo 18 de mayo.
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