Álvaro Pereira
Álvaro "Palito" Pereira

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"Hay que evitar entrar en zona de confort"

Maduro, reflexivo, profundo, a los 31 años analiza el momento que vive la selección y el fútbol local
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24 de enero de 2017 a las 05:00
"Me defino como un gitano del fútbol, y aproveché para descubrir culturas", explica Álvaro "Palito" Pereira a Referí, cuando comienza a repasar su carrera profesional que lo llevó por el mundo, lo consagró en donde jugó y actualmente lo tiene como protagonista en Cerro Porteño de Paraguay.

Se formó en Miramar Misiones y a los 20 años ya había emigrado. "Salí muy joven para Argentina, que fue lo más similar a Uruguay en una etapa importante de mi carrera, porque era la primera salida del país. Comenzar a formar una familia, enseguida viajar a Rumania y recibir la citación a la selección. El pase a Porto, con todo lo que implica jugar en un equipo grande a nivel mundial, donde conseguimos títulos nacionales e internacionales y prácticamente ganamos todo en una temporada. Luego la transferencia a Italia, volver a Sudamérica, a San Pablo, en un desafío lindo y en una temporada maravilloso, además porque fue el año del Mundial 2014. Otra vez volver a Argentina, para jugar en Estudiantes, con la coincidencia de que mi señora es de allí, de La Plata, en un momento que sirvió para estar con toda la familia. Si a eso le sumás que hicimos un gran campeonato porque terminamos entre los primeros seis en un torneo de 30 y clasificamos a copas internacionales, la ecuación fue perfecta. Posteriormente Getafe, la Copa América Centenario, un pase truncado a Boca y la opción de venir a Cerro Porteño después de recibir una muy buena propuesta. Así es que llego a este 2017 en un momento en el que estoy muy cómodo y contento", explica el futbolista que a los 31 años se transformó en un referente de la selección en la que debutó en 2008 y desde entonces no faltó.

Si le pido que se detenga en un momento de su carrera, ¿en qué año sería y por qué?
En la temporada 2010-2011. No tengo dudas fue la mejor, fue el año en el que ganamos todos los títulos con Porto y la Copa América con Uruguay. Lo de Porto fue inolvidable, logramos el campeonato invicto, la Supercopa portuguesa, la Copa de Portugal, la UEFA y luego, como para completar un año grandioso, vinimos y ganamos la Copa América con la selección. Fue algo que para el Cebolla (Rodríguez), Fuci (Jorge Fucile) y para mí, resultó inolvidable por todos los componentes de aquellas campañas.

Cuando a los 20 años emigro a Argentina, ¿visualizaba recorrer un camino como el que transitó?
Nunca, porque todo va sucediendo por etapas, por objetivos, intentando superar niveles y buscar perfeccionarse siempre. Lo primero que uno sueña cuando comienza a jugar al fútbol es llegar a Primera, ser parte de un plantel profesional, cambiarse en el vestuario del primer equipo. Luego, para uno que salió de un equipo chico, llegar a jugar contra un grande, pisar el Estadio Centenario, participar en alguna selección juvenil, y yo tuve la suerte de jugar en la sub 20. En tus inicios todo eso es muchísimo. Lo que sí visualicé siempre en mi etapa de formación, primero, fue ser aplicado en los estudios, porque luego uno se va poniendo metas de a poco.

Pero usted sabe que no sería el primero en proyectar una carrera como la que en definitiva realizó.
Puede ser, pero lo que me sucedió a mí fue que me puse objetivos con los pies sobre la tierra, siendo siempre optimista, realista y es cierto que uno a lo mejor soñaba con pisar el Centenario, con ser parte de un equipo de Primera, y así sucesivamente. ¿Pero sabés cuál fue la frase que me marcó desde el primer día que empecé en el fútbol? 'Lo difícil no es llegar sino mantenerse', y eso lo tomé como un punto de referencia. Porque sin dudas es así.

De pronto, pasaron casi nueve años de su llegada a la selección y se transformó en un referente en ese liderazgo que se va ganando a partir del ejemplo. ¿Cómo asumió ese lugar? ¿Cómo se fue dando? ¿Resultó un proceso natural?
La cabeza pensante de todo esto es el Maestro (Tabárez); es el líder de todo este movimiento que ha generado a través de nosotros. Los jugadores entramos a la cancha, pero el Maestro fue quien cambió la cultura del fútbol uruguayo de una forma impresionante. Los ejemplos están a la vista. Antes prácticamente nadie quería jugar contra Uruguay porque practicaba un fútbol agresivo. Con el tiempo y las señales que fuimos dando, cambiamos esa imagen y pasamos a ser agresivos en el buen sentido, en que somos competitivos, en que no es casualidad que estemos en el ranking FIFA entre los 10 primeros, clasificando a los mundiales, y estando siempre arriba a nivel internacional. Eso es digno de destacar. En ese aspecto que planteás acerca de que uno se transforma en un referente, es una herencia. Aprendés de los muchachos que te arroparon cuando llegamos y que desde el primer día nos recibieron como si estuviéramos de tantos años, como los casos de la "Tota" (Diego Lugano), el "Loco" (Sebastián Abreu), el "Ruso" (Diego Pérez), Bruno Silva, Fabián Carini, Diego Forlán, Seba Eguren. Ellos y otros que en momentos que cuando llegué a la selección me abrazaron, me agarraron y me dijeron: 'Sos uno más porque acá somos todos iguales'. Y la verdad es que eso es lo que uno mama y ahora, tanto tiempo después, le inculca a los compañeros nuevos, porque van pasando los años y lo fundamental que aprendés a transmitir es que lo importante en la selección es la camiseta, la adhesión a ella y la unidad que hay, que es impresionante, que mueve masas.

¿Recuerda cómo fue su primer día en la selección, el 19 de noviembre de 2008?
Inolvidable, por todo lo que implicó, y por una particularidad: fui convocado para jugar un partido amistoso ante Francia, en París. En ese momento estaba jugando en Cluj y tenía que llegar al mediodía, pero por un problema de vuelos lo hice de tarde. Me acuerdo que en Rumania el vuelo se atrasó por la nieve. Llegué a París, con la valija en la mano, en el mismo momento en que el ómnibus de los jugadores salía con el plantel para el entrenamiento. El Maestro me preguntó si no tenía problemas en ir a entrenar y cambiarme en el lugar en el que íbamos a movernos. ¿Sabés qué? Cuando bajé del ómnibus ya estaba cambiado, porque conocía a Minguta (el equipier) de la época de la sub 20 y de la emoción que tenía me cambié ahí, en el viaje. Gracias a Dios, desde ese momento nunca más pegué el faltazo y esperemos seguir aportando desde donde nos toque.

En marzo las Eliminatorias proponen grandes desafíos ante Brasil y Perú.
Sin dudas. Tenemos que seguir haciéndonos fuertes de local. Es fundamental no perder en casa y lograr la mayor cantidad de puntos afuera. Debemos ser optimistas, por supuesto, pero también tenemos que evitar entrar en una zona de confort, porque los uruguayos estamos acostumbrados a la calculadora. En estas Eliminatorias nos establecimos como objetivo clasificar lo antes posible al Mundial. Eso es lo que transmitimos y que se refleja, también en esa adhesión tremenda de la que te hablaba. Se han unido en el correr de las fechas nuevos jugadores, otros que volvieron, otros que no estuvieron por lesión, pero siempre se nota una adhesión tremenda a la camiseta, porque lo importante es el equipo, la unión, la unidad que hay y que no somos dependientes de nadie. Que somos un equipo; estamos todos unidos.

Es consciente que esta selección que usted integra fue protagonistas en los últimos años de cambios históricos dentro de la cancha y fuera de ella. ¿Lo han hablado en el grupo?
El Maestro nos inculcó eso. La conducta, el respeto. Hay muchas cosas en común que hacen una cadena, que llevan a esto que señalás. A la hora de citar a un jugador, el Maestro no lo convoca sólo porque juega bien. Averigua si terminó los estudios, cómo es, cómo es la vida personal que lleva. Y esas cosas facilitan después el resto del trabajo que desarrolla el entrenador. Hoy en día se sabe todo. Y una vez que llegan al Complejo uno los abraza, los arropa y los hace sentir tranquilo. Porque deben estar tranquilos, sentirse cómodos y hacer lo que saben, jugar al fútbol, disfrutar y vivir el momento porque la selección es lo más lindo que hay y es nuestra responsabilidad, de los mayores, ayudarlos a que así sea.

"Paraguay va a dar que hablar en cinco años"

"El fútbol en Paraguay está creciendo mucho y ya no solo a nivel deportivo, también en cuanto a su infraestructura. El torneo local abrió un cupo más para extranjeros, porque antes podían actuar solo dos en el campo; ahora permiten un tercero. Es obligación un sub 20 dentro de los 11 para dar espacio a los futbolistas que vienen surgiendo y para que aumenten las opciones para las selecciones juveniles. Además, el país está creciendo mucho, y eso ayuda. Por esa razón considero que de aquí a cinco años nos encontraremos con un país que va a dar que hablar. En cuanto a lo estrictamente futbolístico, a la competencia, diría que el fútbol es muy parejo y que cualquiera le puede ganar a cualquiera, pese a las diferencias que habitualmente tienen los grandes. Es muy físico, fuerte y también en el que se juega muy bien", explicó Álvaro Pereira sobre su experiencia en el fútbol paraguayo.
Además explicó sobre el momento actual: "Nos ponemos a punto para el comienzo de la temporada, que se inicia en la primera semana de febrero. Estamos jugando amistosos. Eso sí, lo que no da tregua es el calor".

"Somos pocos, ¡y nos vamos a andar peleando entre nosotros!"

"Duele que se vivan estos momentos (en la Mutual). Los jugadores de la selección, como siempre, estamos muy unidos y apoyando a los futbolistas que piden ser claros y transparentes, de la misma forma que nos manejamos en esta selección. Y creo que para bien del fútbol uruguayo, tiene que haber unidad y transparencia. Es triste ver cómo se tiran palos. Considero que hay un movimiento de parte de los jugadores del medio local que es admirable y nosotros hemos transmitido nuestro respaldo hacia ellos, y queremos hacerlo claro, con transparencia y esperando el bien del fútbol uruguayo para que siga evolucionando. Es triste ver desde exterior la imagen de canchas vacías, de canchas cerradas, de saber que los jugadores de los equipos están con sueldos atrasados, porque atrás de cada muchacho que juega al fútbol hay una familia", explicó Álvaro "Palito" Pereira sobre el conflicto que desde el año pasado atraviesa la Mutual de Futbolistas y tiene dividido al gremio que nuclea a los jugadores uruguayos.

Consultado acerca de si el tema lo analizan cuando están en el Complejo de la AUF, dijo: "Se comenta, pero en la concentración nos enfocamos en lo deportivo, en lo que vamos a jugar".
Además, sobre el tema lanzó un mensaje conciliador y reflexionó: "Siempre digo que somos pocos y, ¡nos vamos a andar peleando entre nosotros! Ojalá que se encuentre una solución lo más rápido posible para el bien del fútbol uruguayo, para la transparencia, unidad, y para que el jugador uruguayo se sienta respaldado. Uno que ahora está afuera, que salió de un barrio humilde, sabe lo que es eso, no se olvida, se adhiere y lo apoya".
Además, en el final subrayó: "Me gustaría leer que hay un diálogo que lleve a una solución para el bien del jugador uruguayo".

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