Había terminado el partido. El empate ya era un hecho pero la calentura del momento fue determinante. Ni siquiera jugadores de la experiencia y el oficio del Loco Abreu a veces se dan cuenta con las pulsaciones a mil que no tienen que ir a protestarle a los árbitros.
Y así lo pagó Abreu al finalizar el partido cuando casi todos sus compañeros –incluyendo el cuerpo técnico– se habían retirado hacia el vestuario por el túnel del Ubilla.
Alejandro Lembo le reclamó al juez Daniel Fedorczuk un penal que para él le había cometido Fabrizio Núñez en la última jugada del encuentro, mientras Abreu hacía lo mismo con uno de los líneas.
Entonces el Loco se fue un poco de boca –al menos para los árbitros– y vio la roja con el partido terminado. Algo realmente insólito para un jugador de su experiencia y con tantos partidos y definiciones sobre sus espaldas.
Abreu encaró a los árbitros y les habló a todos pero dirigiéndose a Fedorczuk: “Así está el fútbol uruguayo. Por nosotros y por ustedes. Te hacés el fenómeno porque están las cámaras”, le gritó a lo que el juez le sacó la amarilla.
Pero no conforme con ello, Abreu contraatacó: “Pero mirá que no me como ninguna”.
No pudo hablar más. Fedorczuk le sacó la segunda amarilla y lo expulsó. Se fue con la cabeza gacha.
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