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El guión del maestro para aplastar a Paraguay

Las posiciones de Suárez y Cavani fueron determinantes para que Uruguay pasara por arriba a los guaraníes en una noche redonda
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07 de septiembre de 2016 a las 05:00
Uruguay le ganó a Paraguay de principio a fin. No tuvo ni que cambiar el guión durante el partido. El sistema táctico que ensayó el sábado pasado en el Complejo Celeste, después de volver de Argentina, fue el que llevó a cabo en la cascoteada cancha del estadio Centenario.

Una línea de cuatro con Mathías Corujo de lateral derecho; un mediocampo más vertical, más rápido, con un puntal como Egidio Arévalo Ríos y con salidas por los costados con Carlos Sánchez y Cristian Rodríguez; con Gastón Ramírez como vértice central detrás de los puntas, que anoche fueron Edinson Cavani más en el área y Luis Suárez moviéndose por todo el ataque.

Así empezó la celeste y así liquidó a Paraguay en el primer tiempo. Porque el 3-0 que se llevaron al vestuario fue lapidario. No había forma de que Paraguay, una sombra de seleccionado guaraní de otras épocas, pudiera levantarlo. Encima, a poco de comenzado el complemento llegó el cuarto.

Uruguay frente a Argentina en Mendoza salió a cuidarse, a no regalarse. El planteo de Tabárez fue duramente criticado por la prensa y por la gente, menos por el entrenador que siempre se enoja cuando se lo consultan.

Cavani frente a Argentina fue un cuarto volante, recostado sobre la banda, más dedicado a la marca que la terminación de las jugadas. Nicolás Lodeiro también, tuvo una función más de atención a los volantes rivales que a la generación de fútbol. Y Suárez quedó colgado, rodeado entre los zagueros adversarios, sin que la pelota le llegara redonda.

Ayer fue diferente. Está claro que el rival no fue el mismo, que Paraguay no tiene a Messi, pero la actitud de los celestes fue otra y se notó desde el principio. El propio Cavani lo dijo después del encuentro: "Hoy salimos a proponer", y se notó.

La solidez de la línea defensiva se vio facilitada por la tibieza atacante de Paraguay. Muslera tuvo como gran atajada un despeje con los puños tras un centro frontal. Godín se complicó al principio en las salidas, entregando mal el balón dos o tres veces. Pero después no pasaron zozobras, excepto por la amarilla que sufrió Giménez y que no le permitirá jugar contra Venezuela.

Corujo se transformó en una salida permanente por la derecha. Llegó siempre, se asoció con Sánchez, con Suárez y rindió mucho más en ese puesto que el otro día en el mediocampo. La contra que tiene es que ahí el titular indiscutible para Tabárez es Maximiliano Pereira, que se lesionó antes de la doble fecha y por eso salió de la convocatoria.

Por la izquierda, Gastón Silva tuvo una labor aceptable, sin la dinámica que tuvo Corujo por el otro costado, pero sin que lo desbordaran.

Egidio se adueño del mediocampo y su figura se fue acrecentando con los minutos. En su salsa, cubriendo los espacios delante de los zagueros, con quites espectaculares que son el regocijo de los hinchas.

A su costado derecho Carlos Sánchez. Su flojo desempeño frente a Argentina (y en anteriores partidos de la selección) lo habían puesto en una situación incómoda frente a las opiniones. Ayer volvió a ser el Sánchez de River argentino, de los primeros partidos de la selección. Con quite, con llegada, con prodigación.

El Cebolla Rodríguez fue la salida por izquierda, la velocidad de siempre para llegar al fondo y meter el pase. Esta vez le adosó un gol de cabeza, una situación insólita, pero que demuestra que la muralla guaraní ya no es la de antaño.

Gastón Ramírez fue el encargado de la creación. Con intermitencia. Con claridad y técnica para cuidar la pelota y asociarse a sus compañeros. Con la buena pegada, que quedó en evidencia en el tiro de esquina que terminó con el gol de Rodríguez. Pero también con bajones, con pérdidas del balón en situaciones incómodas para los defensores. De todas formas, redondeó un interesante partido.

Adelante estuvo la explosión y el gol. El tornado que pronosticaban los meteorólogos antes del encuentro fueron Luis Suárez y Edinson Cavani. El de Barcelona saliendo más del área, bajando varios metros, apareciendo por los costados; el de Paris Saint Germain en el área, de "nueve nueve", como ha jugado en casi todos sus equipos, menos en la selección.

Así apareció madrugando a los zagueros para tocar a la red el pase al medio de Suárez a los 17 minutos y así saludó a la bandera, casi sobre la línea de gol, tras el centro de Suárez a los 53 minutos. Abrió y cerró el cuaterno.

Fue una noche redonda para Uruguay. Un equipo con ambición, con llegadas por las bandas, con profundidad, con gol. En una etapa de recambio, como dijo Tabárez en una de sus últimas conferencias, la celeste volvió a la punta de las Eliminatorias con los matadores de siempre.


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