El goleador que viaja en bondi

Iban 30 minutos del partido ante Plaza Colonia y, de repente, no supo para dónde empezar a correr. Nunca había festejado un gol propio en Primera división y tuvo que aprender de golpe.
Para Nicolás Sosa, hijo de Heberley y a quien no le gusta que le digan Mosquito –como le llaman casi todos, por su padre–, fue un domingo diferente.

"Fue una tarde muy especial para mí por haber anotado no solo mi primer gol, sino porque también hice otro", explicó Nicolás para Referí, sobre los dos tantos que marcó en el empate ante Plaza.

Por ello, fue un 1° de mayo especial para él. El domingo recibió el saludo de muchos amigos, de su padre y de su hermano. Y ayer se despertó tarde en su día libre, pero con la celebración a cuestas.
El hermano de Nico es Sebastián, quien es futbolista de Nacional, pero está a préstamo en Boston River.

En la tabla de goleadores de la familia, en la temporada 2017: Nicolás llegó a dos goles en este campeonato y Sebastián tiene solo uno, pero aunque viven juntos, se conocen muy bien y no se hacen gastadas, ya que son muy temperamentales.

"Me caliento mucho si me joden. No le dije nada que tengo más goles porque capaz que se molesta. Además, seamos sinceros, él estuvo mucho tiempo lesionado en este campeonato", añadió.
Su gusto por el fútbol despertó bastante tarde ya que recién cuando cumplió los 15 años comenzó a jugar en las divisiones inferiores de Melo Wanderers, en su ciudad natal. Allí jugaba como volante externo.

Su buen pie y presencia, llevaron a que el técnico Jorge "Passa" García Silveira lo citara para la selección sub 15 de Cerro Largo. Lo de Passa se lo decían nada menos que por el exentrenador argentino de la selección uruguaya, Daniel Alberto Passarella.

Jugaron contra todas las selecciones del interior y en el partido final tuvieron que hacer un viaje interminable cruzando el país hasta Mercedes, para conseguir allí el título.

Entre sus compañeros se encontraba Ayrton Cougo, una de las revelaciones de este Torneo Apertura, en el escolta Defensor Sporting.

El premio que tuvieron como campeones fue una comida que pagó el técnico Passa. "Por suerte, se puso con la cena. Todas esas vivencias en la selección sub 15 de Cerro Largo son un grato recuerdo para mí", explicó Nicolás.

Cuando pasó a la sub 16, el entrenador de entonces lo cambió de puesto y lo colocó de delantero, posición en la que juega hasta hoy.

A los 19 años pasó a vivir en Montevideo y enseguida sintió el cambio. Dice Sosa: "Recién este año me empecé a acostumbrar. En Melo, por ejemplo, me levantaba 15 minutos antes e iba a practicar. Acá, por las distancias, cuando estaba en juveniles de Racing tenía que despertarme dos horas antes, sino, no llegaba. Además, la ciudad es mucho más grande y cuesta comenzar a conocerla".

Por estos días practican en el Parque Roberto, que le queda más cerca de su casa. Pero igual nunca pone menos de media hora.

Junto a Ángel Cayetano, otro melense, todos los días se toman el 151 o el 582 para ir a entrenar.
"El año pasado me llevaba Joaquín Aguirre en su auto. Pero se fue a jugar a Ecuador, entonces todos los días voy en ómnibus", comentó.

Hace poco tiempo se enfrentó con su hermano, quien defiende a Boston River. El delantero de Racing lo recuerda: "Fue una experiencia muy linda. Vino mi viejo a vernos y les ganamos 1-0. No apostamos nada, porque como te decía antes, somos de calentarnos mucho, entonces preferimos ir a jugar sin hablar nada antes".

En la casa que comparte con su hermano, tienen las tareas divididas. "Yo cocino y él lava los platos. Pero también vive una de mis hermanas y ella nos ayuda cocinando".

Siempre recuerda las palabras de su padre. "Cada tanto nos aconseja, nos ayuda a los dos de cómo encarar en la cancha, cómo movernos y cuando viene a Montevideo lo aprovechamos, porque nos hace comidas de olla que nos encantan".

Julio Avelino Comesaña fue quien lo ascendió a Primera y tiene "un gran recuerdo" de él. "Aprendí mucho pese a que estuvo poco tiempo en el club. Era muy filosófico, pensaba mucho y eso me llamó bastante la atención".

En el vestuario de Racing suena cumbia y plena y a él no le gustan, pero se la banca. Su coterráneo Cayetano pone música electrónica y esa sí le cae bien.

Se define como fanático de un grupo de rap español llamado "Violadores del verso". Y lo explica: "Me identifico con sus letras. Desde 1995 que están juntos y ahora se separaron por un tiempo porque alguno quiere ser solista. Espero que se vuelvan a juntar pronto".

En el fútbol, también tiene su fanatismo. "Sí, soy de Real Madrid a muerte. Desde chico que lo sigo todos los partidos. A Suárez lo banco, pero no me importa nada si juega contra el Madrid. El otro día en el clásico, traje a un amigo del Barça y sufrí mucho", explica el delantero.

Hoy se levantará temprano para ir al Parque Roberto en el 151, en busca de más goles.