El entrenador uruguayo Julio Ribas nunca pasa desapercibido. De discurso estridente y estilo defensivo, su presente en Cartagena, en la Segunda B de España (la tercera división de aquel país) no es ajeno a una realidad que lo ha marcado en toda su carrera como DT: la polémica.
Ribas, que dirigió a Peñarol en dos períodos, llegó a Cartagena para el arranque de la presente temporada. Sin embargo, la falta de un permiso de trabajo lo hizo retornar a Uruguay desde donde sigue comandando al club.
El sábado publicó una carta que tuvo una fuerte -y negativa- repercusión en los medios españoles.
"¡Qué felicidad poder pertenecer a este grupo!, del lugar que sea, desde la posición que sea, qué orgullo que esa familia formada por jugadores, cuerpo técnico y dirigentes, junto con los leales que siempre nos acompañan, emocionen de esta manera", comenzó diciendo la misiva publicada por la web oficial del club.
Pero luego, fiel a su costumbre, le pegó a los críticos: "Seamos firmes contra las críticas que no construyen ni se orientan en positivo y seamos poco agradecidos con las alabanzas de las mismas fuentes que no salen con la misma fuerza que aquellas".
También le dio margen a una supuesta teoría conspirativa: "Sabemos que tenemos muchos factores en contra que intentan impedir que salgamos adelante, pero recuerden muchachos, nuestro destino lo escribimos nosotros de puño y letra, no te lo escribe nadie desde fuera".
Jamás menciona a nadie con nombre y apellido.
Cartagena juega en la Serie 4 de la Segunda B. Está 14º entre 20 equipos solo a un punto de la zona de descenso. Empató seis partidos, perdió uno y ganó otro.
Repercusiones
Para el diario La Verdad, la carta fue "insólita, inoportuna y desafortunada".
El periodista Francisco Moya apuntó que las críticas se centran en "el mal juego del equipo, la poca capacidad del cuerpo técnico para leer los partidos y, sobre todo, los errores en la planificación del club".
También recuerda que Ribas participó en la batalla campal del clásico del año 2000 y que estuvo en la cárcel.
"No ha querido atender a ningún medio de comunicación en los cuatro meses que lleva en el club, no apareció por la sala de prensa tras los partidos, ni ha tenido un solo gesto de acercamiento a los periodistas locales en todo este tiempo, no parece aceptar estas críticas. Al contrario, ni las comprende ni las admite. Sorprende esta actitud en un técnico de 57 años", escribió el periodista, sorprendido por unas actitudes que marcan el estilo de conducción del Gladiador.
El club anunció que esta semana quedará resuelto el trámite burocrático y que Ribas volver a España para seguir dirigiendo a sus nuevos gladiadores.
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