Polideportivo > EL PERIPLO ALPINO DE MATÍAS VITKIEVIEZ

El fútbol en Suiza y cómo convencieron a un negro de que Suárez no es racista

Matías Vitkieviez se fue con 12 años y hoy juega en la selección de Suiza
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17 de diciembre de 2012 a las 14:55

Matías Vitkieviez es uruguayo de nacimiento y sus recuerdos de la infancia pertenecen todos a estas tierras. Sin embargo, por razones familiares se fue a Suiza a sus 12 años y aprendió a adaptarse creciendo entre personas que pensaban que “Uruguay y Paraguay eran lo mismo” y que aquí “solo se andaba en caballo”. Hoy habla cuatro idiomas, juega en uno de los mejores equipos del país y defiende a la selección local. Se siente medio suizo, pero también es lo suficientemente uruguayo como para defender a Suárez a capa y espada de quienes lo acusan de racista.

En 1999, el montevideano viajó a Ginebra acompañando a su madre quien vio en Suiza más opciones para mejorar la calidad de vida de su familia. “Teníamos la nacionalidad por mi abuelo, que nació acá, y como mi madre se había quedado sin trabajo y nos quería dar lo mejor, fue que decidimos venirnos todos”, contó el delantero desde la tierra de sus antepasados.

“Con mi hermano siempre quisimos jugar al fútbol y nos creamos una oportunidad acá. El primer equipo en el que jugamos fue uno de una zona campestre, muy poco conocido. Luego pasé a uno del ascenso y allí, a mis 17 años, me fui a jugar a Francia”.

La suerte del uruguayo no fue la mejor y tras un par de temporadas en el fútbol galo, en las que convivió con lesiones y pocas oportunidades, volvió a Ginebra para comenzar nuevamente desde cero y terminar con un final inesperado. “Jugué en un equipo de tercera en el que perdimos la final por el ascenso. El club que nos ganó, Servette, me llevó y con él llegamos a Primera División. Me fue muy bien. Hice muchos goles y pasé a Young Boys, uno de los equipos más grandes de Suiza”.

Sus buenos rendimientos en el equipo de Berna lo llevaron a ser convocado a la selección de Suiza, y en su debut le tocó enfrentar ni más ni menos que a Messi y compañía. Hoy en día sigue siendo convocado para defender los colores rojos de su casaca y sueña con jugar el mundial, como cuando era pibe.

El jugador dice no haber tenido notoriedad en Uruguay hasta que apareció en ese partido con Argentina, e indicó: “Si Uruguay me hubiera llamado hubiese dicho que sí enseguida. Pero me llamaron primero de acá y acepté. La realidad es que me siento mitad uruguayo y mitad suizo. Yo estoy muy agradecido por la oportunidad que me dieron acá de crecer con mi familia. Lo que si me gustaría hacer es jugar algún día en Nacional”.


Más que relojes y chocolates

El país, famoso por sus Alpes, tiene como deportes principales a todos los que se practican en invierno. Las competiciones de sky y los encuentros de hockey son los eventos que se roban la mayor parte de las miradas. Claro está que Roger Federer también tiene su lugar a la hora de medir la popularidad, en la que el fútbol ocupa un puesto importante, pero no el más destacado. De todas maneras, el uruguayo indicó que “los estadios están siempre llenos”.

“De chico mi abuelo me iba a visitar a Uruguay y me llevaba chocolates y otros regalos. Me contaba historias del lugar y yo me hacía la película. Lo escuchaba hablar un idioma raro y lo quería imitar. Me imaginé que iba a llegar y me iba a encontrar con montañas y vacas de “Milka”, pero recibí una sorpresa: eran todas grandes ciudades y lujos”.

Los futbolistas uruguayos deben estar permanentemente adaptándose a los idiomas utilizados en los países que juegan, y Vitkieviez no escapa a esta realidad. Sin embargo, su estadía en Suiza desde los 12 años le permite manejarse con varios lenguajes y con gran fluidez: “Cuando llegué a Ginebra estaba perdido. Allí se habla francés y no entendía nada. Luego, depende de la cercanía a las fronteras; se habla alemán, italiano y un dialecto suizo”, contó el montevideano que, salvo el alemán, maneja bien todos los idiomas mencionados, además del inglés.

En cuanto a lo gastronómico, el delantero contó que “extraña” varias de las comidas típicas de Uruguay, pero que los platos principales de Suiza, varios de ellos a bases de quesos, tienen lo suyo. Increíblemente, nunca tomó mate en su tierra natal, pero hace poco más de un año empezó a ingerirlo en Suiza: “Estaba aburrido y me hice uno. Ahora no puedo parar de tomar, y lo armo junto a mi novia española, que toma conmigo. La yerba es muy cara. La compramos en una tienda que vende cosas específicas para los latinoamericanos”, expresó.


“Viste que Suárez no es racista”

Young Boys disputó hasta hace un par de semanas la Europa League, el campeonato de clubes de segundo orden en el viejo continente en el que compartió grupo con Liverpool, equipo de otros dos uruguayos: Sebastián Coates y Luis Suárez.

En el segundo partido entre estos equipos, Vitkieviez hizo comprender a un compañero, casi sin querer, que el delantero salteño no tiene problemas con los afrodescendientes.

“Un negro de Costa de Marfil, compañero mío, estaba sentando junto a mí mientras yo hablaba con Suárez, quien tenía a su lado a Gerrard. El marfileño me pidió que le consiguiera la camiseta de Steven, porque el no se animaba. Se la pedí a Luis y antes de que se fueran para el vestuario fue, le pidió la camiseta a Gerrard y se la llevó al negro.

Inmediatamente le dije ‘Viste que Suárez no es racista’ y el me respondió que la próxima vez que le digan eso, él los ‘matará’ y que ‘no podía creer lo que Suárez había hecho por él’”. Vitkieviez agregó que hasta el momento no había podido convencer a su compañero de que Suárez no era racista, pero que el propio salteño se encargó de demostrárselo.

Matías Vitkieviez se fue adaptando a la vida en Suiza, y contó que al principio le costaba entender como la gente no conocía a Uruguay: “Todos me decían: ‘vos sos de Uruguay-Paraguay’. Se creían que era lo mismo. Incluso más de una vez me preguntaron si en Uruguay había autos. Les dije que solo andábamos a caballo y me creyeron. No todos son así, pero la gente de acá no sabe mucho de nuestro país”.

Su larga estadía allí y las diferencias entre países hacen que el uruguayo descarte la posibilidad de volver algún día a Uruguay. “Amo Uruguay, pero el nivel de vida que me da Suiza es insuperable, por lo que dudo que pueda volver a vivir allí. Hay mucha diferencia, sobre todo en temas de seguridad. Vuelvo en los veranos y llevo amigos de acá, pero siempre me vuelvo a Suiza” concluyó el medio suizo.

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