El fútbol le ganó a la violencia en 2017

Miércoles 5 de abril, el día del clásico –el primero tras el suspendido en 2016 después que un hincha de Peñarol lanzó una garrafa desde la Ámsterdam contra la Policía–, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) inaugura las nuevas cámaras de identificación facial. Ya ninguno de los espectadores que acceden al Estadio Centenario ingresa sin ser registrado, y los violentos comienzan a perder el control que tenían sobre el fútbol. Atrás deberían empezar a quedar meses de una profunda crisis por la violencia.

Miércoles 8 y jueves 9 de noviembre, el fútbol uruguayo fue testigo de dos hechos sin precedentes: los árbitros Javier Bentancor y Andrés Cunha detuvieron los partidos por cánticos agresivos de los hinchas de Peñarol (ante Sud América en el Centenario) y Nacional (frente a Boston River en el mismo escenario). Aquella realidad en la que los violentos dominaban el fútbol le daba paso a un nuevo escenario, con la pelota en pausa y los jugadores esperando para cambiar una realidad que antes era tolerada.

Domingo 10 de diciembre, Peñarol es campeón y en la cancha festejan los jugadores despreocupados porque un centenar de energúmenos puedan saltar a la cancha para quitarles camisetas, shorts, medias y robarles el protagonismo a los verdaderos actores del espectáculo, los futbolistas.

El 2017 intentará ser recordado como el de la transformación de la cultura en la tribuna, como el del aumento de medidas que brindaron otro entorno al deporte, pero también como el que se redujeron las ventas de entradas (entre el Apertura 2017 y el Uruguayo Especial 2016 bajaron 18%) y los espectadores enfrentaron dificultades para acceder a la compra de los boletos.

Desde la llegada de Rafael Peña, un experto en seguridad a comienzos de este año, la AUF estableció nuevos parámetros.

El balance, al final del año, es positivo para la Asociación. "Hemos mejorado mucho porque a excepción de algunos casos, casi no hubo incidentes graves en los escenarios deportivos. Además, a partir de diferentes medidas que se adoptaron, los cánticos empiezan a ser controlados a partir de un acuerdo con el Colegio de Árbitros, por el cual, como pasó, se paran los partidos", explicó Peña a Referí.

Cambió el rumbo del hincha. A tal punto que aquellos que tienen prohibido el ingreso a las canchas por antecedentes de violencia, llama a la AUF para preguntar cuándo quedan habilitados, comentó el encargado de seguridad.

"Actualmente, hay 415 personas inhabilitadas para acceder a los espectáculos deportivos y se van a incorporar más de los últimos partidos", explicó.

"Todas las personas que no pueden ingresar están identificadas con número de cédula y nombre, pero también hay una importante cantidad de rostros de los últimos partidos que están registrados y el día que vayan a entrar a una cancha de fútbol las cámaras los van a captar y van a ser identificado y registrados, por lo que también quedarán impedidos de ingresar", agregó.

"Esta situación hace que la gente sienta el castigo", subrayó.

La AUF está trabajando en un proyecto con la Facultad de Ciencias Sociales, cuyos primeros resultados se conocerán en febrero o marzo próximo, para tener información científica y académica para considerar las decisiones que adopten en la Asociación en torno a los espectadores. "Vamos a tener datos para ver la realidad del fútbol". El proyecto se llama "Qué significa el fútbol para los uruguayos".

De cara al próximo año, desde al AUF van a tratar de avanzar "en una seguridad que no sea de impacto como este año".

Tras las modificaciones que se introdujeron en el fútbol uruguayo, que tuvo un punto de quiebre a partir del decreto del Presidente de la República, Tabaré Vázquez, en diciembre de 2016, la seguridad de los estadios es de la AUF, con la participación de la Policía afuera y solo ingresando en los clásicos.

La Asociación trabaja en un proyecto que está en el Parlamento, para que los guardias privados tengan más posibilidades de acción en la tribuna. "Si la Policía no entra, buscamos que nos den una serie de facultades de inmovilización o sujeción de la guardia privada sobre los espectadores violentos. O tener equipamiento especial dirigido hacia la protección. Eso está en proceso", subrayó.

Para el gobierno, en 2017 se alcanzaron los objetivos iniciales que se plantearon en la primera reunión que Tabaré Vázquez mantuvo con el secretario y subsecretario nacional del deporte, Fernando Cáceres y Alfredo Etchandy.

"En aquel momento el presidente expresó que quería que para este año se procesara la erradicación definitiva de los barras del estadio. Estamos cumpliendo con eso a partir de un cambio en la asunción del problema y su complejidad. Todo eso a partir de que por primera vez logramos un nivel de compromiso de todos", explicó Cáceres a Referí.

Los cambios en la estructura de la AUF en materia de seguridad y la tecnología, mayor número de procesamientos en la Justicia, la flexibilización del Ministerio del Interior de algunos criterios para ir encontrando soluciones y que los grandes asumieron (Nacional tácitamente, Peñarol en los hechos) la práctica de entrega de entradas y empezaron a cortarla, estableció un nuevo rumbo.

En 2018 el fútbol tendrá el desafío de profundizar las medidas de seguridad pero también recuperar a su clientela y paliar la baja de la venta de entradas que afectó mucho a los equipos en desarrollo desde que se prohibió la venta en las canchas el día de partido.

"Eso lo tienen que resolver los dirigentes pero me parece que se está yendo hacia eso. Además hubo un momento que Nacional había fidelizado a su hinchada e iba más gente al Parque Central que al Estadio. Cuando empezó el proceso de construcción del estadio de Peñarol había gente que estaba en desacuerdo porque decían que su Estadio era el Centenario y hoy también lleva más gente a su estadio. Así que depende de cómo lo organicen", comentó en conferencia de prensa.

Bonomi expresó: "Hay un proceso que empezó con la garrafa (cuando los hinchas de Peñarol lanzaron una garrafa de 13 kilos desde lo más alto de la tribuna Ámsterdam), el día de la garrafa marcó un antes y un después porque ese día el lío era fundamentalmente con los dirigentes que habían resuelto poner límites y que encaraban una cultura de penar la barrabrava. A partir de ese día comenzó el proceso de instalar las cámaras de videovigilancia que han tenido buen resultado todo el año. La gente se planteaba que quedaba una asignatura pendiente que era la final, y los festejos y salvaron el examen".

La pregunta acerca de si el año 2018 será de clásicos en el Parque Central y el Campeón del Siglo genera expectativas en el hincha. "De ahí a que analicemos y veamos una posibilidad de jugar los clásicos en los estadios de los clubes falta estudiar mucho", adelanto Peña.

La AUF considerará jugar los partidos en los estadios de los grandes. Así lo explicó el encargado de seguridad de la AUF. "Lo tenemos que evaluar. Hoy no se puede decir ni sí ni no, porque los estadios están en obras. El Parque Central aún no tiene las cámaras de reconocimiento facial, aunque se puede atender con las cámaras portátiles. Hay que ver las vías de aproximación. Es un tema a estudiar y considerar en su momento".