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El equipo vs la figura

Cada uno llega con su fórmula: Peñarol con una oncena y Nacional dependiendo del Chino
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05 de noviembre de 2012 a las 20:14

Los milagros de Álvaro Recoba o la consistencia del equipo de Peñarol? Ese, después de lo que se vio en el Apertura, es el interrogante que se plantea de cara al clásico de la undécima fecha que el domingo Nacional y Peñarol disputarán en el Estadio Centenario a la hora 18.

Peñarol: el equipo

Peñarol tenía una cuenta pendiente en este Apertura: demostrar que no era solo un cúmulo de voluntades ofensivas que rompían todas las barreras rivales que se interponían en su camino, sino, también, una solidez defensiva una vez que lo atacara un equipo consolidado, como sucedió con Defensor Sporting. Y lo logró, jugando casi todo el segundo tiempo sin los zagueros titulares (Valdez, quien había salido lesionado, y Darío, suspendido).

Ahora, en el clásico, es el momento de demostrar en la cancha –en un partido que va a ser muy intenso–, que es favorito, que tiene un equipo que respalda esa mentalidad ganadora para ser campeón.

¿Existen favoritos en los clásicos? Históricamente, el que llega mejor, gana o al menos, empata.

Más allá de supuestos favoritismos, el conjunto de Jorge Da Silva demostró en sus últimas presentaciones que es un equipo en toda la acepción de su palabra, que no se trata de individualidades sueltas, sino que existe coordinación entre las líneas, subidas con criterio, relevos cuando son necesarios, solidaridad. También se observó concentración contra los violetas, algo que es determinante.

Todos estos atributos no implican que por eso sea imbatible, pero sí le dan un plus interesante.

El golero y la defensa

Más allá de la jugada del gol que recibió en los minutos de adición, Danilo Lerda le devolvió seguridad al arco. Tanto fue así que la hinchada le aplaudía hasta cuando descolgaba centros, algo totalmente común.

La defensa –ya fue explicado–se mostró sólida, compacta por arriba y por abajo ante el que era el único invicto del torneo hasta el domingo. De repetir ante Nacional este repertorio, se ganará una batalla muy importante.

El medio, partido en dos

Con relación al mediocampo, hay dos bloques diferentes. Uno es el que forman Marcel Novick y Carlos Grossmüller –más defensivo, aunque a este último se le da más libertad– y el otro el de Estoyanoff y Zambrana, quienes juegan más abiertos, como hacían Urretaviscaya y Gastón Ramírez en el Peñarol de Diego Aguirre campeón en 2010.

Cualquiera de estos cuatro está cumpliendo su labor. Novick está en donde aparece la pelota, Grossmüller sigue mejorando su gráfica en forma ascendente y los dos extremos son muy peligrosos con asistencias y goles.

Cabe señalar que es muy factible que Da Silva pueda utilizar a Aureliano Torres por Zambrana, para formar un rombo más cerrado en el medio.

La fuerza del ataque

Las dos torres, Zalayeta y Olivera, son la mejor dupla ofensiva del campeonato. Bien asistidos, se mueven con soltura y oficio, y no tienen posiciones fijas. El primero mantuvo el nivel ante Defensor Sporting y tiene experiencia clásica. Olivera no anduvo el domingo y jugó poco contra el eterno rival.

Por todo lo expuesto, Peñarol funciona como equipo porque a eso le añade también que los resultados lo acompañan desde hace cinco fechas. Y en un torneo irregular como este, ese no es un tema menor.

Nacional: depende de Recoba

Aunque primero Alexander Medina y luego Andrés Scotti se encargaron de minimizar la alta incidencia de Recoba en el funcionamiento del equipo, y explicaron que Nacional era un equipo por encima del talento incuestionable del volante, en la cancha quedó demostrada otra realidad. Sin el Chino, el tricolor sufre el fútbol. En los últimos tres partidos (Bella Vista 2-1, El Tanque Sisley 2-3 y River Plate 0-2), en los que faltó Recoba, los albos jamás encontraron el juego para sortear los obstáculo que planteó el rival, aunque el técnico probó con todas las opciones que tenía a mano. En ese sentido, nadie le puede decir a Gustavo Díaz que se guardó algo, realizó todas las variantes posibles.

En dos ocasiones, ante Bella Vista y El Tanque Sisley, confió a Matías Cabrera el lugar de Recoba, pero el volante no rindió en la medida de lo esperado. Luego probó con el plan B, con Pablo Álvarez en lugar de Cabrera –en ese caso Juan Manuel Díaz paso de lateral izquierdo–, y tampoco le resultó. Entonces, recurrió a planes alternativos: utilizó a Matías Sosa como creador y como punta, y no le alcanzó a Nacional; a Jonathan Ramírez como punta, y tampoco fue suficiente; y a Sebastián Taborda como alternativa dentro del área, que le arregló el partido ante los papales, pero después ya no fue solución. Con todos esos nombres, no consiguió que el equipo funcionara como tal.

Entonces el único camino que tiene Nacional para imaginar que en el clásico puede completar un buen partido es que Recoba se vista otra vez de héroe, como ya lo hizo en los dos clásicos de 2012 y conduzca a su equipo a buen puerto. Por esa razón, más que nunca está planteado el duelo del equipo contra la figura.

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