Pelo era lo único que Álvaro Recoba tenía más que hoy en 1995. Aquel año lucía una larga cabellera que se ataba con una cinta elástica, había cumplido 18 años, iniciaba su trayectoria futbolística en Danubio y hasta el 18 de enero los únicos reconocimientos a su talento eran locales. Ese día debutó en la selección (entró a los 62’ por Francescoli) durante un amistoso jugado en La Coruña, frente a España. Esa noche española (tarde uruguaya) se atrevió a pasar la pelota por encima de la cabeza de Fernando Hierro, el caudillo de la Furia roja, el Mariscal del Real Madrid. Se la jopeó, como habría hecho cientos de veces en los potreros de Jardines del Hipódromo, sin importarle la trascendencia del enemigo.
Esa jugada marcó su debut con la celeste. La revista Don Balón lo calificó así: “Un joven delantero del Danubio que el pasado miércoles deslumbró en Riazor, lugar en el que ya saltó el rumor de un presunto interés de Real Madrid por él”. Tuttosport, de Italia, expresó: “En la desembocadura del Río de la Plata siguen naciendo campeones. Es el caso de Recoba, de 18 años, para el que 20 minutos fueron suficientes para mostrar sus dotes de gran jugador. Quien tenga olfato que lo siga”.
Al único que no le agradó la actuación del Chino fue al técnico Héctor Núñez. “Recoba está verde como una lechuga. Hizo una jopeada, tres tubos, llamó la atención, pero le faltó lo principal, lo que yo exijo a un jugador y que creo que él debe lograr para madurar. Me refiero a saber estar en la cancha. No ser infantil. Saber por dónde nos hacen daño. Saber que cuando el míster o el entrenador le grita donde debe colocarse, lo tiene que hacer”.
El Pichón Núñez dirigía frente a España por segunda vez a la selección. Estaba formando el plantel para la Copa América y quizá por esas “razones tácticas” no cumplidas por Recoba, a pesar de su prometedora categoría, fue que luego quedó afuera del grupo que obtuvo el trofeo continental en Uruguay, el título anterior al que consiguió en 2011 con Óscar Tabárez y que sirve para que los cataríes cataloguen el encuentro de hoy como “La batalla de los campeones”.
La Copa de Europa ganada en 1964 era el único logro que ostentaba España en 1995. Del Mundial que organizó en 1982, solo se recuerda a Naranjito (la mascota), porque la selección quedó eliminada en segunda fase. El equipo que enfrentó a los celestes en la década de 1990 era dirigido por Javier Clemente, un técnico que colgaba en su cuello el mote de “defensivo”. Entre sus figuras estaban el golero Andoni Zubizarreta, Hierro, Julen Guerrero, el brasileño Donato y el argentino Juan Antonio Pizzi. Pero era España y Uruguay nunca le había ganado y nunca le ganó. Aquel partido terminó 2-2.
Ahora España es el actual campeón del Mundo y de Europa. Posee en su plantel a los mejores futbolistas del planeta. Jugar contra ellos da prestigio. Y dólares.
Recoba, con menos pelos y el doble de años, sigue deslumbrando.
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