Un día, cuando Giorgian era un niño y jugaba en el club Pescadores Unidos de Nuevo Berlín, su padre Alfredo le hizo una promesa: “Por cada gol que hagas, te doy $ 5”. Ese año, el pequeño volante que jugaba con la camiseta número 8, marcó 49 goles. Su padre, que reparte pan en el pueblo, se quería morir. Pero estaba feliz, orgulloso.
La misma felicidad y el mismo orgullo que tienen los demás habitantes de la localidad de Río Negro. Por eso, durante una reunión de la Liga de Turismo, alguien propuso nombrar a Giorgian embajador de Nuevo Berlín en el mundo.
El jugador de Defensor Sporting, votado como la Revelación del Campeonato Uruguayo 2012-2013, lleva ahora la bandera de su pueblo, de la misma forma en que colgó sobre sus hombros el trapo con el nombre “Nuevo Berlín” que le confeccionó su madre, cuando el violeta se coronó campeón del Clausura en el Tróccoli.
Entre los 2.500 berlinés ya es un ídolo. Después que Defensor actuó en la Copa Libertadores sub 20, Giorgian regresó al pueblo y fue recibido por una caravana. “Él no quería, porque no era famoso, pero yo le dije que sus amigos querían agradecerle”, contó el padre.
Giorgian es tímido, de pocas palabras. Todo lo exterioriza con sus pies. “De chiquito lo entrenaba en el fondo de casa. Le puse un arquito y le pasaba la pelota. ¡Hacía cada cosa...! Y uno ya veía que podía triunfar”, contó Alfredo, quien en sus tiempos mozos tuvo que decidir entre el fútbol y las carreras de caballos: “Elegí las carreras porque era lo que me daba el sustento para la familia”, dijo a El Observador.
Sergio Milesi, alcalde de Nuevo Berlín, elogia la sencillez del jugador de Defensor Sporting: “Giorgian nombra continuamente a Nuevo Berlín, tiene presente el lugar en el que nació. Mantiene la humildad y sigue haciendo las mismas cosas de siempre. Por eso creemos que es importante su figura como desarrollo turístico de Nuevo Berlín”.
“Cada vez hay más hinchas de Defensor en el pueblo. Salen excursiones a ver los partidos y los gurises que van entran a la cancha con la violeta”.
En la escuela fue elegido el mejor compañero. Actualmente, en la cancha donde Giorgian jugaba al baby fútbol se está construyendo un estadio mediante el programa Realizar. “Vamos a ajustar la fecha de inauguración para que él pueda estar presente”, informó Milesi.
El padre está contento. Recuerda cuando lo llevó a jugar al Anglo de Fray Bentos en la categoría sub 15. “Siempre fue goleador y mirá que jugaban contra Centenario, Tulipán, Real Hervido, Anglo, 18 de Julio, ¡todos buenos equipos!”.
Cuando Giorgian tenía 11 años, “lo acompañamos a Las Piedras a jugar contra Paysandú. Perdían 2-1 y pasada la hora hizo el empate de cabeza”, contó Alfredo, que siempre le decía: “Alguna vez te voy a ver jugando en el Inter”. Hoy tiene 49 años y piensa que ese momento está llegando.
El juvenil De Arrascaeta debutó el año pasado en Primera división, pero fue en el Clausura de este año cuando tuvo continuidad y se transformó en figura de Defensor Sporting. Llegó al club del Parque Rodó cuando tenía 15 años. Hizo una prueba y Juan Ahuntchain, coordinador de juveniles en ese entonces, le pidió que se quedara una semana. Regresó en unas vacaciones de primavera y se quedó. La gambeta, la velocidad y la picardía acompañan en la cancha la sencillez que tiene en la vida.
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