Nacional es un equipo rápido de mitad de cancha hacia arriba, que contragolpea. Hay que estar muy atentos y estar bien balanceados para tratar de buscar los caminos por los cuales podamos desnivelar, pero más que eso no voy a desmenuzar”, disparó Jorge Fossati, en conferencia de prensa, consultado sobre la mayor amenaza del domingo.
El DT de Peñarol no suele largar mucha pista de su idea táctica. Por eso sus palabras fueron llamativamente específicas para una semana clásica. Y permiten una lectura: ¿qué armas tiene el carbonero para contrarrestar las revoluciones ofensivas tricolores?
La ausencia de Gonzalo Viera ante Rampla –por acumulación de cuatro tarjetas amarillas– fue la primera pista: el ex Cerro Porteño dota de velocidad a la zaga cuando sus compañeros son Damián Macaluso y Carlos Valdez.
En la zona media, la contención será la clave, pero como dijo el DT, también la velocidad para no perder pie con los jóvenes creadores tricolores. Nández es allí una herramienta fundamental para acompañar a Píriz, ganándole la pulseada a Orteman, que lo que tiene de experiente le falta de rapidez.
Pero con Nández adentro, el equilibrio velocidad-experiencia corre el riesgo de desbalancearse, además de que Jorge Rodríguez es un valor que Fossati no puede darse el lujo de perder en la oncena. Ahí es donde entra la chance que el Japo se corra al carril derecho, en lugar del brasileño Diogo.
Precisamente esos fueron los dos cambios que hizo ayer Fossati en la práctica a puertas cerradas, en la que el 3-3-2-2 pasó a ser 3-4-1-2: en el ensayo formó con Migliore; Viera, Valdez y Macaluso; Píriz y Nández como volantes centrales, Silva y Japo de carrileros; Pacheco de enganche y Zalayeta y Jonathan Rodríguez arriba.
El objetivo, de confirmarse el sistema y los nombres, será lograr conformar un equipo corto, compacto, sin fisuras en la calle central del campo y que pueda defender y lanzarse en velocidad –clave Pacheco si se hunde entre los volantes y juega liberado– a los hombres de ofensiva.
Pocos cambios, pero significativos. Acorde al otro concepto claro que el DT dejó en la conferencia: “Si hay modificaciones en el equipo van a ser muy pocas. Yo me puedo imaginar un clásico apretado, trabado, difícilmente se dan clásicos abiertos desde el principio, pero luego en el desarrollo pueden haber cambios que marquen la tendencia de lo que hace uno u el otro equipo”.
A la hora de hablar sobre el magro semestre deportivo, Fossati agregó: “El clásico no salva el año y ya hemos analizado la primera parte del año que correspondía a la temporada anterior. Ahora estamos en esta segunda parte donde hemos tenido buenas y malas”, dijo, antes de asegurar que el resultado del domingo no hipoteca su futuro: “No me juego absolutamente con el clásico. Mi futuro no pasa por un partido de fútbol. Son cosas que no dependen de uno solo, desde mi percepción los trabajos no se analizan ni por un resultado, ni por dos ni por tres. Ni para bien ni para mal”.
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