Pablo Ceppelini

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Del Prado al castillo de Bran

Pablo Ceppelini disfruta del fútbol en el frío de Rumania después de pasar por Italia y Eslovenia
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28 de diciembre de 2014 a las 22:20

Desde el Prado de Montevideo, Pablo Ceppelini voló a la isla de Cerdeña; de ahí se fue a vivir a Maribor, ciudad de Eslovenia ubicada a 200 kilómetros de la capital Liubliana, y luego a Cluj, en la región rumana de Transilvania, donde habitó el vampiro más famoso: Drácula. Un verdadero trotamundos, que disfruta de jugar al fútbol, pero cada tanto extraña “la familia, los amigos y los asados uruguayos”.

Las bajas temperaturas es lo que más sufre en Rumania, donde juega actualmente. Hay días con -8 ºC. “Te congelás y levantarse de la cama es complicado” cuenta Ceppelini a El Observador. Después, la vida es llevadera. “Es barato vivir. Acá tienen una moneda que se llama leu (en plural lei) y, por ejemplo, yo me muevo en taxi porque dejé mi auto en Italia, y un viaje de casa al estadio vale 4 lei, unos € 4”.

Existen restaurantes de dueños argentinos donde “se puede comer rica carne” y también “milanesas, arroz y puré”. En otras ocasiones pide comida en inglés al delivery y a veces alguno lo sorprende hablando en español: “Aprenden el idioma mirando las novelas en televisión, es increíble”, dice. Como no toma mate, no se preocupa por conseguir yerba.

A la hora de pasear puede elegir entre los dos shoppings de la ciudad, visitar monumentos históricos o ir al castillo de Bran, donde se cree que se inspiró Bram Stoker en su novela del conde Drácula. “La ciudad es tranquila y la gente es muy abierta”, expresó.

En lo estrictamente futbolístico, “el club tiene un lindo estadio, las instalaciones son impecables, con canchas sintéticas. En enero, que es el mes más frío, suelen viajar a Turquía para hacer la pretemporada”.

Ceppelini llegó a Rumania desde Eslovenia, donde jugó en Maribor, club de la ciudad del mismo nombre. “Ahí no tenía dónde ir, es un pueblito chico. Hay un solo shopping y todos los jugadores nos encontrábamos ahí. Lo que hacía, cuando tenía tiempo libre, era agarrar el auto y visitar Croacia o Hungría. Una vez tuve tres días libre y manejé 12 horas hasta Francia. El paisaje con las montañas es espectacular”.

El proyecto deportivo le gustó porque el equipo estaba en Europa League, pero económicamente no fue lo mejor. Además, “no viven el fútbol como nosotros, sino que lo hacen como si fuera un trabajo cualquiera. Perdíamos o empatábamos y los jugadores se mataban de la risa en las duchas”.

La decisión de jugar en Eslovenia la tomó después de pasar un mal trago en Cagliari, Italia. “Para vivir es lindo. Otro mundo. Una isla hermosa, hay cosas para hacer, la gente es especial y el idioma italiano es fácil. En los tiempos libres nos juntábamos para jugar al play con (Joaquín) Larrivey”.

No le fue bien en lo deportivo. “No tenía rodaje y no terminé en buena relación con el técnico”, el uruguayo Diego López. “Arrancamos bien, pero surgieron cosas, mal entendidos, en su momento hice declaraciones y estoy arrepentido. Pero él y yo sabemos lo que pasó”.

A pesar de que hace tanto tiempo que se fue, Pablo sufre por el presente de Bella Vista, el club que lo lanzó al estrellato. “Cuando leo noticias de Bella Vista me da pena por la situación en que está el club. La situación que vive, el estado de sus instalaciones. Es una pena, porque es un club con una gran historia, fue campeón uruguayo y yo pasé lindos momentos ahí”.

Así transcurre la carrera de Ceppelini. Entre el frío rumano y el calor de sus recuerdos.

De Uruguay al mundo

Trayectoria: Volante con gol

Pablo Ceppelini nació el 11 de setiembre de 1991 en Montevideo. Su primer club fue Bella Vista, con el que consiguió el ascenso a primera división en la temporada 2009-2010. En la siguiente tuvo una buena campaña con el papal, que tuvo posibilidades del título hasta la última fecha del Torneo Apertura; terminó con 29 puntos, a uno del campeón Defensor. En 2011 fue transferido a Cagliari y en Italia también jugó cedido en Lumezzane. En 2013 se fue a Maribor de Eslovenia y este año pasó a Universitatea Cluj de Rumania. En 2011 jugó el Sudamericano y el Mundial sub 20 en Colombia.

Presentación en Peñarol: Junto a Federico Rodríguez

En enero de 2011, Pablo Ceppelini y Federico Rodríguez, ambos jugadores de Bella Vista, posaron en el Palacio Gastón Güelfi con la camiseta de Peñarol. Sin embargo, ni siquiera pasaron por Los Aromos porque fueron transferidos a Europa. “Me hubiera gustado jugar al menos seis meses en Peñarol, porque soy hincha”, confesó Ceppelini a El Observador. Expresó que entonces no sabían que se iban a ir rápidamente, aunque eran conscientes de que “si hacíamos las cosas bien en el Sudamericano sub 20, podía surgir algo de algún equipo europeo”. Ese año, Ceppelini fue a Cagliari y Rodríguez a Genoa.

Jugador otra vez. En Italia no tenía rodaje

“En Italia no tenía rodaje y si bien extraño un poco esa vida, acá en Rumania volví a sentirme jugador de fútbol y estoy feliz”

Diego Aguirre. Técnico de Peñarol en 2011

“Me hubiera gustado jugar la Copa con Peñarol en 2011. Hablé con Aguirre y me gustó su propuesta”

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