El alemán John Degenkolb (Argos Shimano) volvió a mostrarse intratable al sprint y logró el "poker" de victorias en la décima etapa de la Vuelta disputada entre Ponteareas y Sanxenxo, de 190 kilómetros, jornada de transición para los favoritos, que pensaron en la inminente contrarreloj, a la que llegarán con "Purito" Rodríguez (Katusha) vestido de rojo.
Tenía tres etapas, pero Degenkolb, advertía en la salida: "Quiero más". Y para qué esperar más si la etapa era para velocistas. De nuevo impuso su fuerza descomunal, con un ataque lejano que le permitió cruzar la línea marcando con los dedos el número cuatro, por delante del "boxeador" francés Nacer Bouhanni y del italiano Daniele Bennati (Radioshack), con un tiempo de 4:47:24.
El pelotón entró dividido porque el ritmo fue infernal en los últimos kilómetros, únicos momentos nerviosos del día, pero los favoritos entraron juntos, a buen recaudo, listos para jugarse parte de sus opciones en la contrarreloj de mañana.
“Purito”, Froome, Contador y Valverde salieron y llegaron con el reloj en la cabeza, haciendo sus cuentas. Llegarán al esfuerzo en solitario envueltos en un minuto, con el catalán vestido de rojo.
"La etapa vino bien para estirar las piernas. Mañana vamos a ir 40 kilómetros escapados, y a tope", dijo Contador, quien pinchó antes de la disputa final.
Después, en la ruta, el pelotón hizo honor a la etiqueta de "etapa de transición", que son aquellas que no alteran el pulso de la carrera y que solo glorifica al que gana. Pero los intentos de los modestos nunca faltan.
Antes de afrontar la única dificultad del día, el Alto de San Cosme (3a, km 14), ya se habían largado dos fugitivos habituales: Aramendía (Caja Rural) y el Adrián Palomares (Andalucía), con el resultado de siempre. Fueron controlados por los equipos de los velocistas, y absorbidos a 32 kilómetros de la llegada.
Degenkolb, de 23 años, no se conforma con nada que no pueda conseguir aún. El ganador en Viana, Logroño y Alcañiz, ya piensa en el maillot verde, que lo tiene a tiro, y no le importaría seguir haciendo exhibiciones. Resulta espectacular su potencia en la recta de llegada. Se muestra contundente, como si diera patadas a los pedales.
Mañana se disputa la undécima etapa, en la modalidad de contrarreloj individual entre Cambados y Pontevedra, de 39,4 kilómetros. Los favoritos vuelven a salir a escena para la primera de las grandes pruebas que alberga la semana decisiva de la Vuelta.
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