Darío cumplió con su parte del guion

Jorge Da Silva dijo que no subestimaron a los violetas con esa decisión: “Estaría muy equivocado yo si subestimara a Defensor. Pocos lo conocen tanto como yo. Tal vez sea un rival más difícil que el clásico. Tiene muy buenos jugadores, un gran funcionamiento, pero sabemos que si llegábamos con Darío con cuatro amarillas a ese partido, era muy difícil que jugara el clásico. Además iba a jugar condicionado. Por eso lo hablamos. Para este equipo de Peñarol es importante que Darío juegue el clásico, por lo que representa para los compañeros y los rivales”.

Sin embargo, Darío Rodríguez dijo que no buscó la tarjeta: “No es así. El que tomó la decisión fue el árbitro. No se si estuvo bien o no. Si no parece que hubiera basureado a los muchachos de Racing. Yo fui a defender a un compañero”.

¿Cómo hizo para que lo amonestaran? Empezó a buscarla cuando Peñarol ganaba 4-0. A los 58 minutos le tiró un manotazo a Gamarra delante del línea Costa. Pero ahí no pasó nada.

Después intentó tomar de la camiseta a otro jugador. Hasta que a los 83, cuando el tiempo ya se estaba diluyendo, antes de ejecutar un tiro libre, le habló exageradamente a Néstor Silva en las narices del árbitro Falce, quien desenfundó la tarjeta y hasta los hinchas aurinegros festejaron.

Después Darío se acercó a Falucho Silva y le palmeó la espalda como pidiéndole disculpas.

Racing se quedó sin bus

Los jugadores de Racing llegaron al estadio Centenario en tandas y en taxis. El ómnibus que tenía que pasar a buscarlos no lo hizo. Esperaron hasta las 15:30 y decidieron salir en grupos. Es más, el técnico Miguel Piazza comentó en el Centenario que estuvieron a punto de no concurrir. Pero la de ayer no fue la primera vez que les pasa, sino la tercera oportunidad que se quedan esperando el bus en lo que va del Apertura. Las diferencias de infraestructura que existen entre los clubes del fútbol uruguayo son abismales. Después se notan en la cancha, como pasó ayer que Peñarol le hizo cinco goles a los albiverdes.