Tuve dos semanas inolvidables. Conseguí mi tercer título en la primera de ellas, en San Pablo, y en la segunda gané dos partidos durísimos frente a dos españoles (Nicolás Almagro y Albert Montañés), que son todos especialistas en polvo de ladrillo. Además, tuve la chance de jugar frente al mejor en esta superficie (Rafael Nadal)”.
Así es el resumen que hace el uruguayo Pablo Cuevas después de quedar eliminado ante el español Rafael Nadal, número 3 del mundo y mejor de todos los tiempos sobre polvo de ladrillo.
Fue en cuartos de final del ATP500 de Río y se trató de un partido que tuvo a una gran cantidad de uruguayos que ni por asomo gustan del tenis, prendida a la televisión.
Y la proeza estuvo cerca, Cuevas ganó el primer set, se le escapó el segundo y se desplomó en el tercero para que Nadal cerrara con cifras de 4-6, 7-5, 6-0.
El uruguayo se le plantó de igual a igual y de no haberse tratado de Nadal quien estaba del otro lado de la red, hubiese ganado con contundencia, porque desplegó un juego de altísimo nivel, quizás es el mejor de las dos semanas.
Él mismo sabe que así fue y, a pesar del 6-0 final y de las pelotas que enojado lanzó afuera de la cancha, el balance de las dos semanas e, incluso del partido ante Nadal, es más que positivo.
“Jugué un gran tenis, estuve muy bien en lo táctico y en lo tenístico. Pero, sobre todo en lo mental, hice un gran esfuerzo; porque venía cansado y con algún dolor y pude olvidarme de eso estando muy concentrado”, dijo Cuevas a El Observador ayer, rompiendo el silencio después de la derrota.
“Cuando bajé un poco se hizo muy difícil, pero estoy pasando por un gran momento. Contento con lo que vengo consiguiendo, me vengo ganando a mí mismo y sigo pensando que lo mejor está por venir”, relató con serenidad y con confianza de seguir ascendiendo en el ranking mundial que, a partir de hoy lo tendrá en el puesto número 22.
Consultado acerca del final, sobre una posible desconcentración o frustración, el uruguayo le quitó trascendencia y eligió quedarse con lo bueno.
“Me quedo con la cantidad de cosas que vengo haciendo bien. Tirar una pelota afuera (adrede) no opaca nada en mi cabeza. Aprendí a mirar la mitad del vaso lleno”, sentenció con entereza y asumiendo que perdió con el mejor.
La gira sudamericana de polvo de ladrillo todavía tiene una estación más y es a partir de mañana en el ATP250 de Buenos Aires.
Cuevas arranca por la parte baja del cuadro y en segunda ronda por ser el tercer cabeza de serie gracias a su ranking (los cuatro primeros del torneo gozan de ese privilegio).
El primer favorito vuelve a ser Nadal, con quien quizá haya revancha, aunque para ello ambos tengan que llegar a la final.
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