Cuevas perdió el rumbo

A esta altura, lo de Pablo Cuevas parece una maldición, además de lo que por lejos es la peor racha de su carrera. Aquel año que en la gira europea de polvo de ladrillo parecía cercano al ideal, con dos semifinales de Masters 1000, empezó a despeñarse a partir de la derrota ante Fernando Verdasco en la tercera ronda de Roland Garros. En ese 4 de junio empezó una racha de derrotas que se extiende hasta hoy, hasta totalizar nueve, además de la ausencia en un par de torneos importantes como Wimbledon y los Masters 1000 de Cincinnati y Toronto.

La racha de derrotas se amplió este martes cuando el uruguayo cayó ante el griego Stefanos Tsitsipas, 122 ATP. Fue un 6-1, 6-4 que reavivó los peores fantasmas, justo cuando parecía que el salteño finalmente empezaba la remontada.

El partido fue malo. El primer set tuvo flojísimas cifras con el servicio 38% de primeros saques, 33% de puntos ganados con el segundo y 4 dobles faltas, a lo que le agregó un inexistente juego de devolución (24%), lo que facilitó que el ignoto griego de 19 años se lo llevara en apenas 25 minutos. En el segundo set mejoró en algo el servicio, pero las cifras de devolución siguieron siendo tan malas como en el primero, con lo que tras quebrar en el primer game de servicio, Tsitsipas navegó con tranquilidad el parcial hasta llevarse el triunfo.

Fue un claro paso hacia atrás. Porque aún con las derrotas, Cuevas venía dando en las últimas semanas alguna señal de recuperación. Lo más claro fue el partido ante Juan Martin del Potro, en primera ronda del Masters 1000 de Shanghai, donde perdió 7-6, 6-4 pero mostrando buenas sensaciones, al punto que tras el partido escribió en su cuenta de Twitter: "No pudo ser ante un gran jugador. Pero "contento" de estar recuperado, rápido y con buen nivel. Estamos en tema nuevamente. Vamos que vamos".

Pero tras eso, en primera ronda de Shanghai llegó otra derrota ante el estadounidense Justin Donaldson, 52 ATP, y con ello el viaje a Europa para los últimos tres torneos. En Amberes solo se presentó en singles, por lo que desde ayer acarrea la difícil sensación de un tenista de despedirse en la primera de cambio y tener que esperar a la semana que viene para volver a entrar a la cancha.

Dos mitades opuestas

El año de Cuevas venía muy bien hasta Roland Garros: un título en San Pablo –el tercero consecutivo allí- cuartos de final en Indian Wells y Monte Carlo, semifinales en Madrid. Roland Garros presentaba el gran objetivo de llegar a la segunda semana y a la cuarta ronda, pero tras victorias lógicas ante Hamou y Kicker, el uruguayo se derrumbó en tercera ante Verdasco.

Luego llegó el parate: se salteó Wimbledon y toda la gira de césped –donde defendía 150 puntos de la final de Nottingham 2016- por una lesión de rodilla, aunque era optimista respecto a lo que venía: "Tengo unos cuantos años más por delante, parar era lo más inteligente", le contaba a Referí.

Volvió para el cierre de la gira europea de polvo de ladrillo (Kitzbuhel, Hamburgo –donde defendía 300 puntos de la final de 2016) y Umag, y fueron tres derrotas, aunque en dobles consiguió una final y un título. Luego volvió a Uruguay para el nacimiento de su segunda hija Antonia, con lo que se salteó los Masters 1000 de Cincinnati y Montreal y volvió para el ATP 250 de Winston Salem, con otra derrota en primera ronda, a la que la agregó la caída en el debut del US Open ante el bosnio Dzmuhur.

"No estoy pudiendo encontrar el ritmo que tenía en la gira europea, incluso en algún Masters de Estados Unidos. Desde San Pablo, en febrero, había conseguido un nivel muy bueno y lo venía manteniendo. Después de Roland Garros, que tuve una semanas afuera por un dolor. Me está costando mucho volver a ese ritmo, encontrar ese foco en los partidos.Estoy pegándole un poco mejor a la pelota pero todavía me está costando encontrar ese foco dentro de los partidos", le había dicho a Referí en agosto, tras la derrota en primera ronda del US Open, cuando parecía que podía ir encontrando los argumentos para volver.

Inestabilidad

Una constante de esta racha de derrotas venía siendo la de hacer partidos parejos en el primer set, y caer abruptamente en el segundo. Síntoma de que el tenis no se ha perdido, pero sí la consistencia mental para remontar encuentros que vienen difícil. Claro, la mala racha incluye en el tenis pero sobre todo se va agregando como un lastre cada vez más pesado desde lo anímico. Y así, la victoria que permita enderezar el rumbo no llega y todo se hace cada vez más difícil. Por ejemplo, el martes Amberes no hubo casi puntos altos, obligando al salteño a volver al casillero inicial en esa recuperación que vislumbraba ante Del Potro.

La muy mala segunda mitad del año de Cuevas se refleja en los apenas 40 puntos que ha conseguido en el ranking. El lunes se le irán otros 45 de los cuartos de final de Amberes 2016. Con eso, y siempre que logre por fin cortar esta racha negativa, el uruguayo tendrá una enorme presión en la primera mitad de 2018, ya que defenderá sus 1.325 puntos en un lapso que va entre febrero y mayo, y de no lograr recuperarlos podría caer mucho más allá del actual 33° lugar del mundo que ostenta actualmente. Pero más allá de los números, lo que preocupa es que Cuevas es tenístico: necesita recuperar un camino que perdió hace ya medio año. l

Bastad: Henri Laaksonen, puesto 100, 4-6, 3-6

Hamburgo: Andrey Kuznetsov, puesto 71, 6-3 5-7 4-6

Kitzbuhel: Sebastian Ofner, puesto 157, 3-6 6-2 6-7(3)

Winston Salem: Jan-Lennard Struff, puesto 56, 6-7(2) 5-7

US Open: Damir Dzumhur, puesto 56, 5-7 6-7(3) 1-6

Beijing: Juan Martin del Potro, puesto 24, 6-7(4) 4-6

Shanghái: Jared Donaldson, puesto 56, 7-6(7) 4-6 4-6

Amberes: Stefanos Tsitsipas, puesto 122, 6-1, 6-4

1.170 puntos consiguió antes de Roland Garros

40 puntos consiguió después de Roland Garros

18-11: El récord hasta Roland Garros.

0-9: El récord después Roland Garros.

Ahora al uruguayo le quedarán los torneos de Viena y de París en las próximas dos semanas, para terminar la temporada del circuito y volver al país para jugar el Uruguay Open, en el que será el principal cabeza de serie.