Cuevas encontró su techo en 2014

La dura derrota por 0-6, 3-6 ante el búlgaro Grigor Dimitrov, número 11 del mundo, en la segunda ronda del Masters 1000 de París Bercy, terminó el 2014 de primer nivel competitivo para Pablo Cuevas. El salteño, que tuvo un salto de casi 200 puestos en 2014 (del 230 al 34°) y por el cual está nominado al “Mejor regreso del año” en el tenis mundial, cayó en segunda ronda del Masters 1000 de París, el último torneo exigente de la temporada. Cerrará el año como local en el Uruguay Open, de la Serie Challenger, más un homenaje a su gente que un torneo con el que busque lograr su estrategia de ránking de fin de año: ingresar al Abierto de Australia como cabeza de serie.

Por eso, el final en París da la posibilidad de hacer un balance númerico que a grandes rasgos es año históricamente positivo. Pero a su vez, los números arrojan algunas conclusiones claras para seguir evolucionando a futuro, como que el salteño, al menos en este año, encontró su techo ante rivales top 20 y top 30, justo el siguiente nivel a donde quiere acceder.

Las cifras de 2014 muestran que Cuevas jugó 10 partidos contra top 30: ganó tres y perdió siete. Sus tres victorias fueron en su mejor momento del año, la gira de polvo de ladrillo post Roland Garros, cuando consiguió los ATP de Umag y Bastad. Allí venció a Tommy Robredo, Fabio Fognini y Fernando Verdasco.

Antes de eso había sumado tres derrotas en cancha lenta: Raonic, Fognini y Verdasco, cuando aún no había pegado el salto de calidad. Las otras cuatro caídas llegaron en esta última etapa del año: Kevin Anderson (US Open), Murray (Kuala Lumpur), Benneteau (Beijing) y ayer Dimitrov en París. Si solo se cuentan los top 20, el porcentaje de victorias se achica más: dos, contra cinco derrotas.

Además, otro dato significativo es que las tres victorias ante jugadores top 20 fueron en cancha lenta. La gira de canchas rápidas lo encontró en un momento especial, próximo a ser padre y por ende ya sin la misma concentración, pero ganarle a los mejores sobre superficie dura es un objetivo claro a apuntar en el inicio de año, con el Abierto de Australia, si quiere seguir avanzando en el ranking ATP.

Por el contrario, al analizar las cifras ante jugadores entre el puesto 30 y el 100 la situación cambia drásticamente: allí Cuevas pasa a tener un récord de 12-4 y es casi imbatible sobre polvo de ladrillo: 7-2. Cuevas está sólido allí, en el nivel que busca abandonar. Ahora le falta pegar el siguiente salto.