Nahitan Nandez <br>

Fútbol > EL GRAN VACÍO

Cuatro problemas que Nandez le dejó a Peñarol

La venta del volante repercutió en el funcionamiento colectivo de Peñarol
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18 de agosto de 2017 a las 05:00
En un período de pases donde Peñarol sacudió el mercado con la llegada de jugadores de selección, la salida de Nahitan Nandez fue una daga al corazón de los hinchas por rendimiento, sentido de pertenencia y porque la cifra de su venta apenas sirve para cubrir deudas.

En el mismo mes que Liverpool negoció sin los apremios de Peñarol 30% de la ficha de Nicolás de la Cruz en U$S 3.000.000, el aurinegro hizo lo propio con Nandez por 59,5% de la ficha en una cifra similar, lo que sacudió la interna del club. "A Peñarol le quedan poco menos de U$S 3 millones", dijo el vocero oficialista Sergio Perrone sobre una venta que se resolvió sin el aval de la oposición.

Mientras Nandez se despedía en Los Aromos, Ramos digería el golpe porque se habían imaginado un equipo con incorporaciones de valor pero con el capitán como bandera. Liderazgo, salida, recorrido y gol fueron los cuatro pilares que el cuerpo técnico supo que debía reconstruir tras su salida.

Si bien hubo diferencias entre Pablo Bentancur y Boca que amenazaron la negociación, la aparición de un club alemán aleja aún más al volante de Los Aromos. "No se puede firmar nada categóricamente porque esto es dinámico, pero su salida está en un 99%", dijo Andrés Sanguinetti a Referí.

Sin Nandez en los planes para este semestre de 2017, con la carga de una preparación sin goles y deficitaria, Ramos rearma el equipo.

Liderazgo

Desde su debut en Peñarol en marzo de 2014 bajo el mando de Jorge Fossati, Nahitan Nandez tuvo picos y llanos a nivel de rendimiento en una zona del campo donde el club acostumbra a incorporar muchos jugadores en cada ventana de pases. Sin embargo todos los entrenadores que pasaron desde su debut (Fossati, Paolo Montero, Pablo Bengoechea, Jorge Da Silva, Fernando Curutchet y ahora Leonardo Ramos) elogiaron el carácter del volante. Fue Ramos quien, como una de sus primeras medidas en el cargo, le dio la cinta de capitán. Con Ramos como entrenador tuvo su pico de rendimiento, dejó de jugar como volante de contención o lateral como lo habían puesto sus anteriores técnicos y entregó una versión acorde a su polifuncionalidad. Se ganó la confianza del vestuario y fue el motor anímico del equipo.

Salida limpia

En los cuatro partidos exigentes que tuvo Peñarol en la pretemporada, se observó la misma tendencia. Cada vez que Kevin Dawson intentaba salir jugando, la pelota circulaba por la línea final antes de un pelotazo perdido a campo rival. Nandez era el jugador encargado de retroceder para sacar limpia la pelota. Tanto Yeferson Quintana y Ramón Arias desde la zaga como Hernán Petryk desde el lateral, lo buscaban como primera opción de pase para comenzar la transición pese a que Peñarol se volvía un equipo rengo con la tendencia a salir siempre por su sector. Sin Nandez, ninguno de los volantes asumió ese rol y la línea final perdió un socio clave para sacar la pelota limpia. Walter Gargano y Mathías Corujo son los señalados por el técnico para cumplir esa función, pero recién se están acoplando al plantel. Deberán tener paciencia.

Recorrido

En sus primeras apariciones en Peñarol, Nandez se mostró como cualquier juvenil que quiere ganarse un lugar. Pese al sacrificio y los kilómetros recorridos, era un jugador desordenado tácticamente, que no lograba romper líneas y era superado cuando colocaban pelotas a su espalda. "Nandez corría mucho, pero corría mal y se desordenaba", dijo Ramos al inicio de su ciclo. El cambio de puesto fue un examen para la polivalencia del jugador y Nandez respondió con creces. No solo mejoró su ubicación en el campo, sino que se volvió un volante de gran aplicación táctica, fundamental en los relevos defensivos de su equipo y con un recorrido que aseguraba su presencia en varios lugares del campo. Apoyado por un biotipo privilegiado, Nandez aprovechó el aire para sumarse al ataque.

Factor sorpresa para el gol

Nandez llegó de Maldonado a las inferiores de Peñarol como un volante creativo y fue en los aurinegros donde tuvo que reconvertirse como volante de contención. Liberado de la presión de marcar como única función y jugando en una banda, Nandez tuvo su pico de rendimiento como un creativo en zona de recuperación. Desde la zona medular descongestionó ofensivas, fue el primer escalón en la transición y participó de circuitos ofensivos con Cristian Rodríguez como principal aliado. En ataque mostró su mejor cara con goles de afuera del área y remates de larga distancia.En 2017, marcó 7 goles, fue el mejor jugador de su club y ese rendimiento lo llevó no solo a la selección mayor de Uruguay, sino también a despertar el interés de clubes de Argentina y Alemania. Sin dudas, Peñarol extraña esa faceta ofensiva del volante fernandino.

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