Cuando cantar es más importante que jugar

Cuando un equipo canta el himno nacional se enfrenta a uno de los momentos más emotivos de la previa de un partido. Los aficionados también le otorgan gran importancia al asunto y suelen mirar con lupa la entonación para indicar el grado de compromiso de sus jugadores. A continuación hacemos un recorrido por algunos coortocircuitos famosos

En la Euro de 2012 el diario The Wall Street Journal analizó que porcentaje de los jugadores cantaban los himnos de sus países; el resultado fue que los rusos eran los menos patriotas con el 63%. Esto, sumado a que quedaron eliminados en la primera ronda, terminó por hacer que sus compatriotas catalogaran al seleccionado de pecho frío.

Antes de la Eurocopa de 2012, Serbia jugó un amistoso ante España. En dicho partido el jugador Adem Ljajic no cantó el himno lo que provocó la ira de su compatriota director técnico, Sinisa Mihajlovic. El DT expulsó al jugador del seleccionado y desde entonces no ha vuelto a jugar.

Uno de los grandes bloopers de los juegos olímpicos de Londres se produjo cuando a la selección de fútbol femineno de Corea del Norte le pusieron el himno de su archienemigo del sur. Para remarcar la ignorancia en las pantallas gigantes se mostró también la bandera equivocada.

Una de las más grandes rechiflas a un himno se dio en la final del mundial de Italia de 1990. Argentina había eliminado en semifinales a los locales y por eso el estadio no dejó se silbar durante la ejecución del himno argentino. Basta leer los labios de Maradona para saber qué pensaba de los italianos. Comenzaba con “hijos...

El último futbolista que se metió en problemas por el himno es el francés Karim Benzema. La derecha de su país pidió que lo expulsen de la selección y el jugador agregó más leña al fuego al afirmar que no canta La Marsellesa porque no le da la gana. En una entrevista afirmó: “Nunca he cantado, aunque lo hiciera no iba a marcar un hat-trick en cada partido. La gente habla ahora de eso porque hace mucho que no marco”.