Cristóforo y Olivera, dos socios en la cancha y en la ciudad de Firenze

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Cristóforo, el chef de Firenze

El volante de Fiorentina se destaca en la cocina y a la distancia no se pierde un solo partido de Peñarol
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06 de febrero de 2017 a las 05:00

"Mirá que hoy fue tu último entrenamiento, mañana no vas a estar más con nosotros", le dijo Álvaro Regueira y el chiquilín de Cuarta división quedó congelado.

Pero la noticia era positiva. "Mañana vas a empezar a entrenar en Tercera. Tito (Jorge Gonçalves) me pidió que subas porque quiere un volante como vos", agregó el entrenador y lo despidió con una felicitación.

Del otro lado del océano, en un mañana calurosa de Montevideo y una tarde de frío en Firenze, Sebastián Cristóforo recuerda la anécdota para Referí: "El Tito fue muy importante porque me dio esa cuota de confianza y después Diego Aguirre que me hizo debutar. Peñarol estaba jugando la semifinal de la Copa Libertadores 2011 y había un par de partidos, con Central Español y Racing, donde puso a pila de juveniles. En esa camada pude debutar yo. Ellos dos, más Gregorio Pérez que me dio la confianza para ser titular y Jorge Da Silva, con quien pude salir campeón, fueron muy importantes en mi carrera".

Cristóforo está en su casa y habla sin apuro porque sabe que tiene todo el fin de semana libre, ya que el duelo programado ante Roma para el domingo se pospuso por la participación, de local, de Italia en el Torneo Seis Naciones de Rugby.

Luego de tres temporadas donde ganó dos Europa League con Sevilla, Cristóforo recaló en Fiorentina: "En España estaba muy cómodo, me gustaba mucho la ciudad y la gente es muy amable, pero no me pude quedar porque el nuevo entrenador (Jorge Sampaoli) optó por otros jugadores. Revisamos las opciones que había para mi futuro y decidí por venir a Fiorentina".

cristoforo
Cristóforo, con el número 19, festeja un gol de Fiorentina; también se une Maximiliano Olivera.
Cristóforo, con el número 19, festeja un gol de Fiorentina; también se une Maximiliano Olivera.

En Firenze lo recibió Matías Vecino y a los días se sumó Maximiliano Olivera, su socio de todas las horas: "Lo que pude conocer es espectacular. Con Maxi teníamos un vínculo anterior porque es amigo de mi hermano (Federico) y hasta jugaron juntos. Como Matías Vecino está instalado hace tiempo con su familia, con Maxi nos juntamos mucho y nos damos una mano en la cocina".

A la hora de preguntar quién se destaca en la cocina, el volante larga una risa y asegura: "Si le preguntas a él te va a decir otra cosa, pero el que cocina soy yo. Salen milanesas y pollo a la plancha bastante seguido".

Con Olivera no solo comparte el gusto por la gastronomía, sino también la pasión por Peñarol, al que siguen en todas partes: "Siempre nos juntamos con Maxi para ver los partidos de Peñarol, en la casa de alguno de nosotros o hasta concentrando para un partido importante. Compartimos habitación y nos hacemos un rato para ver a Peñarol. Intentamos no perdernos nada".

Firenze es una ciudad conocida por su centro histórico donde la Catedral de Santa María del Fiore, el puente de la Santa Trinidad y el Ponte Vecchio destacan dentro del circuito turístico.

"Uno de los primeros lugares que fui fue al Ponte Vecchio y es hermoso", agrega Sebastián sobre un lugar que guarda secretos con la historia, ya que tiene origen medieval, fue remodelado en plena etapa renacentista y sobrevivió estoico los bombardeos nazis durante la Segunda Guerra Mundial, símbolo también de la reconstrucción de la ciudad luego del conflicto bélico.

Representado por Francisco Casal, Cristóforo debe esperar hasta julio, cuando una cláusula en su contrato lo puede unir de manera definitiva al club italiano por cinco temporadas más.

Sebastián Cristoforo
Xavi Hernández, gloria de Barcelona, ante Sebastián en un Barcelona-Sevilla.
Xavi Hernández, gloria de Barcelona, ante Sebastián en un Barcelona-Sevilla.

Vestuario multicultural

"Tenemos un vestuario con jugadores de todos los países, te diría que podemos hacer un mundial (risas). El problema es que a veces se ponen a hablar en sus dialectos y no le entendemos nada", cuenta el volante nacido en Peñarol. En el plantel de Fiorentina hay jugadores italianos, uruguayos, argentinos, franceses, españoles, colombianos, croatas, rumanos, mexicanos, serbios, senegaleses, polacos y eslovenos. En el cuerpo técnico es igual. El entrenador es nacido en Portugal, sus asistentes son italianos y el entrenador de arqueros es español. Un vestuario multicultural.

El carbonero perdido y la tranquilidad del desconocido

“Por ahí en España era más conocido, porque estuve varias temporadas y porque se consiguieron muchas cosas. Eso hacía que la gente te reconociera en la calle, te pidiera fotos o te gritaran alguna cosa para saludarte y darte ánimo. Firenze es una ciudad turística, entonces a veces voy a comer y no me reconocen. Eso está bueno porque uno puede pasear tranquilo. Cuando Maxi Olivera llegó estaba en Bari caminando muy tranquilo, nadie lo reconocía, hasta que escucha que le gritan ‘Maxi, vamos arriba Peñarol’ y era un loco con una bandera de Peñarol colgada del hombro”.

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