Costa Rica nos duele

Costa Rica nos sigue doliendo. Después de la agónica clasificación a Sudáfrica y de la inesperada derrota en el mundial de Brasil, Uruguay volvió a caer frente a los ticos. Esta vez por penales, en el Centenario, después del 3-3 en los 90 minutos. Un partido amistoso que mostró dos caras de los celestes: un flojo primer tiempo y una mejor performance en el segundo, especialmente de mitad de cancha hacia adelante.

Antes de la media hora de partido la gente empezó con la ola, ese movimiento que ganó popularidad en el mundial de México 1986. Para sacarse el frío y porque estaba aburrida. Hasta ese momento, un desborde del Cebolla Rodríguez y un remate desde afuera del área de Luis Suárez, erra lo único que los había levantado de los asientos.

La vuelta del delantero de Barcelona tras la suspensión en el Mundial, el debut de Carlos Sánchez, tan promocionado en el fútbol argentino y, especialmente, el regreso al Centenario de la camiseta celeste, eran suficientes motivos para observar el amistoso frente a Costa Rica. Pero claro, el público siempre pide más.

Uruguay no encontró en esa primera parte la manera de llegar con pulcritud y velocidad al arco defendido por Navas. Sánchez se recostó por la banda derecha y el Cebolla por la izquierda. Lodeiro jugó cerca de Egidio Arévalo en el doble cinco que el Maestro intenta perfeccionar. Y adelante, Cavani y Suárez.

Fueron escasas las oportunidades en que se pudieron juntar para elaborar el juego. Costa Rica hizo un gran trabajo táctico, con dos líneas de cuatro cuando la pelota la tenía Uruguay. Los celestes carecieron de espacios. Lodeiro siempre estuvo rodeado y sus mejores opciones de pase fueron para atrás. Cavani desentonó, desprolijo con la pelota. La oportunidad más clara fue de pelota quieta: córner de Lodeiro y cabezazo fallido de Godín.

Hasta ese momento era poco lo que habían aparecido los ticos. Sin embargo, casi al final de la primera parte, se juntaron los que más saben. Campbell, Ruiz que ganó el lugar de Maxi Pereira y ejecutó un centro perfecto para el golpe de cabeza de Saborio. Sin demasiado, la selección centroamericana se fue ganando el primer tiempo.

Luego todo cambió. La actitud de los celestes fue distinta y Suárez se puso el traje de Suárez. Peleó cada pelota, se tiró, protestó, le rompieron la camiseta y definió como un crack cuando recibió el centro pase de Cebolla Rodríguez. Control y bombazo.

Unos minutos antes, Suárez dejó solo a Cavani, pero el del PSG levantó el remate en inmejorable posición. Era otro Uruguay. No solo anímicamente, futbolísticamente también se posicionó mejor en la cancha.

Sánchez se adelantó unos metros y fue clave en los siguientes dos goles uruguayos. Remató el tiro libre que Giménez, después de un desvío defensivo, mandó al fondo del arco de cabeza. Y asistió notablemente a Cavani, para que también de cabeza, marcara el momentáneo 3-2. El delantero se reencontró en esa jugada con su verdadera esencia, el gol. Antes había tenido una actuación discreta.

Uruguay había logrado sobreponerse al segundo gol de Costa Rica, que llegó apenas el empate de Suárez. Un desborde por la izquierda, Saborio que deja pasar en la medialuna y Ruiz que ejecuta a Muslera con un zurdazo contra el caño. Llegaba poco el equipo de Wanchope, pero cada vez que lo hacía lastimaba. Tanto, que en el minuto 90, cuando la gente festejaba el triunfo, apareció un tal Venegas para marcar el 3-3. Absolutamente solo en el área, un descuido brutal de los zagueros.

Durante el segundo tiempo Tabárez ensayó variantes. Se estrenó Guzmán Pereira, quien ingresó por Lodeiro y formó el doble cinco con Egidio. Por momentos bien, mostrando la casta que lo lanzó al exterior con la camiseta de Wanderers. Buen toque, profundidad y marca.

También ingresó Jonathan Rodríguez, para asociarse con Suárez, Se buscaron, se encontraron, faltó que la pelota terminara en la red y el encuentro se fue a la definición por penales porque estaba en disputa la Copa ANTEL. Fallaron Egidio y Guzmán, y los visitantes se fueron contentos.