La Confederación Sudamericana de Fútbol pretende saber si los clubes uruguayos fueron inducidos por un tercero a presentar la denuncia penal contra el organismo, de acuerdo al interrogatorio al que fueron sometidos los presidentes de los siete equipos involucrados en Asunción. La sospecha de la confederación se vincula a la empresa Tenfield, liderado por Francisco Casal, que fue la primera que denunció públicamente lo que entendían como manejos irregulares de fondos de la Conmebol, que perjudicaron a su empresa Global Sports. Tras esa denuncia pública, en enero llegó la denuncia penal de los clubes ante la Justicia uruguaya, que desencadenó la sanción de Conmebol.
Raúl Rodríguez, titular de Racing, reveló a El Observador que “las preguntas fueron sobre cómo surgió esto, quien realizó la denuncia, cómo había sido el proceso y si bien no lo preguntaron directamente, se pretendía demostrar si fuimos inducidos por alguien”.
El presidente de Rentistas, Mario Bursztyn, se mostró sorprendido por el material que tenían los miembros del Comité de Ética de la Conmebol. “tenían recortes de diarios, tienen gente que les pasa información”, dijo a El Observador. Rodríguez fue más allá al decir: “tenían versiones erróneas de parte de operadores uruguayos”.
El titular de Racing agregó que: “nos preguntaron cómo surge la inquietud, porqué nos preocupamos por ese tema. Y se les dijo que la realidad es la necesidad económica de los clubes de Uruguay”, en referencia en uno de los argumentos manejados en la denuncia original: el de lograr mejores ingresos por las copas sudamericanas, que redundaran en más ingresos para los clubes.
Los presidentes de El Tanque Sisley, Cerro Largo, Rentistas, Juventud, Racing, Miramar Misiones y Cerro fueron convocados para la mañana del miércoles con el objetivo de concluir con el interrogatorio.
Posteriormente la Conmebol analizará si corresponde sancionar a los equipos.
Paralelamente a esta declaración de los dirigentes uruguayos, Conmebol le comunicó ayer a la AUF los motivos de la suspensión de sus derechos políticos, y fue en la misma línea los interrogatorios a los clubes en Asunción: dijo que la AUF fue suspendida por la “injerencia de un contratista”, que Navascués no dudó en interpretar como Francisco Casal.
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