Con muy poco, River está a tiro de la punta

La tabla del Clausura seduce a River Plate y la posibilidad de volver a clasificar a una copa internacional como la Sudamericana, ni que hablar.

Claro que no siempre se puede ganar jugando bien, teniendo un fútbol armónico, de toque, con paredes y llegadas con criterio. A veces se gana así nomás, como el domingo contra Bella Vista.

Un penal –que si el árbitro Cunha no lo pitaba nadie le hubiera dicho nada porque el balón pegó en la mano de Abayian pero no pareció que hubiera intención– le dio el 1-0 al Flaco Avenatti que no normalmente no falla y que con cinco tantos está a uno de los líderes de goleo.

El despliegue generoso de Leandro Rodríguez –una vez más– en la ofensiva darsenera, los regates del botija Cristian Techera y el ida y vuelta de Gonzalo Porras, fueron los que pagaron la entrada en un encuentro muy chato. Demasiado chato.

Sobre todo porque Bella Vista se está jugando la vida en cada pelota y el domingo eso no se vio. Fue un equipo anunciado, que prácticamente no contó con llegadas de peligro al arco de Darwin Frascarelli.

River se adueñó de la pelota y la durmió tanto –viendo que su rival decididamwente no podía– que por momentos invitó a la siesta. No fue el equipo que normalmente muestra un juego atildado y que brinda emociones.

Los papales, que habían anotado 13 goles en los últimos cuatro encuentros antes de este, se olvidaron del libreto en algún lado. Ni los gritos desenfrenados de Ribas, los mismos de siempre, pudieron encauzarlos de alguna manera en lo que era el partido.

Con eso solo le alcanzó –y le sobró– a River para estar a tiro de la punta del Clausura y para seguir cómodo en zona de copas. Como para brindar al menos por un nuevo fin de semana con buenos números.