Los cuatro veteranos ubicados en la tribuna principal de Belvedere desafiaban el frío abrigados hasta la cabeza y protestando contra las decisiones de Favaro. “¡Dejá uno arriba!” le gritaban porque Rentistas y el viento atropellaban contra el golero De Amores y retrocedían todos los futbolistas de Liverpool. El local ganaba 1-0 y los hinchas imaginaban lo peor.
Así transcurrió casi todo el segundo tiempo. El viento en contra, los hinchas protestones, la inoperancia de Rentistas... Hasta que salió un contragolpe mortal. Freitas saltó del fondo con la pelota dominada, habilitó a Peña que corrió por la banda derecha y éste, cuando llegó al área, asistió a Barcelo, que marcó el 2-0.
La alegría de los señores en el cemento no tenía nombre. Se olvidaron de los insultos a Favaro y celebraron a los abrazos.
Un gran triunfo para Liverpool que en la fecha pasada venció a Nacional. El equipo de Favaro se ubicó en el pelotón que hoy cruza los dedos para que el líder Fénix y los que lo siguen (River Plate y Peñarol) sufran un tropezón. Rentistas, por su parte, dejó pasar la oportunidad de dormir en la cima del Clausura.
Guillermo Reyes, el golero de los rojos, fue el que sufrió el viento en contra en el primer tiempo. Liverpool se fue arriba, generó ocasiones y tiros de esquina, pero Reyes respondió notablemente.
Ferro y Freitas controlaban el medio, Pezzolano ponía la cuota de fútbol, Peña subía con insistencia por derecha, y adelante, Chevantón y Barcelo se movían constantemente desconcertando a los zagueros.
Sin embargo, la primera vez que Rentistas se acercó al área de Liverpool (gran pase de Fernández a Cóccaro), entre De Amores y Godoy le cometieron penal al delantero. El goleador Rivero tomó la posición de verdugo pero se resbaló y el tiro terminó en el balcón de la casa del vecino.
Tras cartón, ataque de Liverpool y gol de Chevantón. La pelota le quedó de frente al arco tras un rebote, se relamió el bigote y tocó contra un palo.
En el complemento, ayudado por Eolo, el “bicho colorado” se fue sobre De Amores, pero todo muy desprolijo. Rivero marcó dos veces, ambas anuladas por el línea por falta y por offside respectivamente. Hasta que Liverpool lo liquidó de contragolpe.
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