Diego Godín

Selección > EL ANÁLISIS

Con el sello de Tabárez

Uruguay intentó el mismo plan que ante Argentina pero esta vez lo ejecutó bien
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12 de octubre de 2016 a las 05:00
Triunfo en La Paz y empate en Barranquilla. Uruguay sigue haciendo historia en las presentes Eliminatorias y nuevamente el entrenador Óscar Tabárez pasó con nota destacada el plan de partido en un escenario complejo.

Ajustado al volumen de juego del rival y a las condiciones climáticas de la tórrida Barranquilla, el director técnico uruguayo volvió a apelar a las respuestas tras dos partidos de propuesta en el Centenario (Paraguay 4-0 y Venezuela 3-0).

El equipo cambió así su figura táctica pasando del 4-3-1-2 al 4-4-1-1 con Edinson Cavani jugando atrás de Luis Suárez quien quedó como referencia neta ofensiva para recibir de espaldas los pelotazos largos de sus compañeros.

El Matador trabajó permanentemente en campo uruguayo ubicándose como referencia de marca sobre el doble 5 colombiano –Carlos Sánchez, Abel Aguilar–, como para entorpecer el armado.

Los primeros 45' fueron relatimente tranquilos. Primero porque Colombia no impuso un ritmo de juego intenso. Segundo porque Uruguay se mostró sólido en todas sus líneas.

Buscó y tuvo protagonismo el local para encauzar sus ofensivas por las tres calles del ataque.

Insinuó velocidad por la izquierda con Luis Muriel y tuvo en Macnelly Torres un lanzador que intentó poner pelotas largas detrás de los centrales uruguayos. Pero fue por derecha, con el manejo en velocidad de Juan Guillermo Cuadrado, donde el local mostró su mejor cara.

No obstante, el gol y la única acción de riesgo que los cafeteros generaron en todo el primer tiempo fue de pelota quieta (córner).

Si hay que buscar un plan de partido reciente para trazar una comparación con lo que planteó Tabárez, hay que remontarse a setiembre para ver lo que pasó en la visita a Argentina.

Pero a diferencia de lo que hizo aquella vez la celeste en Mendoza (0-1) plantándose en el campo en modo cautela para minimizar el potencial ofensivo de su rival, Uruguay no reventó ayer enseguida la pelota al campo de Colombia sino que intentó cuidarla lo mejor posible para pasar de defensa a ataque en bloque.

En tal sentido, la sociedad por derecha de Mathías Corujo y Carlos Sánchez funcionó mucho mejor que la semana pasada como local ante Venezuela.

Con esa válvula de escape, a Uruguay le sobró oxígeno para afrontar el segundo tiempo.

Porque el planteo fue inteligente y la ejecución defensiva perfecta. Y porque el plan también comprendió el componente esencial de pretender hacer daño al rival con armas lo más fiables posibles.

Uruguay se fue con empate al descanso por el aprovechamiento de siempre de las pelotas quietas, vía por la cual estuvo cerca de un segundo gol en una acción viciada de offside por la posición de Cavani.

El ritmo colombiano

Para el complemento, Colombia salió decidida a imponer un cambio de ritmo y de circunstancias. Para ello contó con un cambio clave: el ingreso de Edwin Cardona, volante pesado pero habilidoso, muy técnico para el uno contra uno.

Ubicado en la zona izquierda en lugar de Muriel, en el 4-2-3-1 que planteó desde un inicio José Pekerman, Colombia pasó a controlar nítidamente el juego y asediar el fondo celeste.

Los primeros 20' del segundo tiempo fueron los más complejos para los visitantes.

Pero Uruguay se sostuvo con la jerarquía de su triángulo final: Fernando Muslera, Sebastián Coates y Diego Godín.

El temporal pasó con el segundo gol de Luis Suárez lo que abrió espacios en la defensa rival, aprovechados casi exclusivamente por el exhaustivo trabajo realizado por la banda izquierda del Cebolla Rodríguez.

Los cambios

Tabárez cambió pieza por pieza en cada uno de sus relevos sin modificar el sistema táctico. El primero en entrar, antes del cierre del primer tiempo, fue Álvaro Pereira en lugar de Silva, lesionado en el posterior.

A Palito le costó acomodarse, vio amarilla y quedó suspendido para jugar ante Ecuador. Pero tuvo un quite espectacular de atrás ante una entrada de Cuadrado de frente a Muslera. Con el corazón, uno de sus sellos distintivos.

El ingreso de Cristhian Stuani por Sánchez para jugar por la banda derecha resultó clave para peinar la pelota que Suárez transformó en gol, mientras que Diego Laxalt entró por un Cebolla agotado.

Es cierto que Uruguay terminó sufriendo el empate y la reacción final de los locales. Pero con aplomo defensivo se llevó un punto que nunca antes había ganado en Barraquilla.

Esta vez el plan defensivo volvió a funcionar, no como ante Argentina. Si como ante Bolivia y Brasil. Por eso Uruguay sigue en zona de confort.

La cifra

59% Posesión de Colombia. Los local es dominaron la posesión de la pelota con 59% a 41%. Intentaron 402 pases, acertaron 347 y erraron 55 con una eficacia de 86%. Uruguay, por su parte, intentó 201 pases de los que acertó 172 y falló 29 con la misma efectividad de los los locatarios: 86%.

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