Chance de remontar para Pablo Cuevas

La temporada de Pablo Cuevas sobre cemento viene siendo mala. Cero punto y cero partido ganado en la actual gira de canchas rápidas de Estados Unido, sumado a los puntos que perdió en el final de la temporada de polvo de ladrillo, lo hicieron caer 17 puestos hasta el lugar 40 del mundo, y perder la chance de ser cabeza de serie en el US Open, último Grand Slam del año, que arranca el lunes.

Pero también, el US Open es una oportunidad de renacer. Sigue siendo cemento, la superficie donde se siente menos cómodo el uruguayo, pero con ya un mes de adaptación, pude de volver a empezar. Para ayudar con eso, el sorteo le derivó un debut aceptable, teniendo en cuenta que al caer fuera de los 32 podría haberle tocado cualquier rival.

En primera ronda el uruguayo enfrentará al israelí Dudi Sela, un especialista en canchas rápidas pero que actualmente ocupa el puesto 100 del mundo. Viene viene de ganar el Challenguer de Vancouver, sobre cemento, y en abril ganó el de Batman, además de llegar a cuartos de final en el ATP de Atlanta.

El único antecedente entre ambos en 2015 es una buena noticia para Cuevas: fue en la primera ronda de Nottingham (césped), y fue victoria del uruguayo 7-5, 6-4.

Si gana, en segunda fase chocará con el ganador entre el argentino Diego Schwartzmann -75 del mundo y un jugador que ha tenido mejores resultados sobre arcilla- y un jugador surgido de la Qualy, por lo que también puede considerarse, al menos, al alcance.

Si también ganara ese encuentro, en tercera ronda aparecería el primer top ten, algo inevitable al no ser cabeza de serie: Rafa Nadal (8 del mundo), que viene tratando de reconstruir confianza y, aunque no está tan bajo como hace un par de meses, está lejos de ser el jugador que alguna vez fue.

La mejor ubicación de Cuevas en un Gran Slam fue Roland Garros de este año, cuando llegó hasta la tercera ronda, cuando perdió ante el francés Gael Monfills aen cinco sets, lo que le quitó la chance de meterse por primera vez en octavos de final de un torneo grande.

El año pasado el salteño cayó en primera ronda del US Open ante el sudafricano Kevin Anderson, en otro parejo partido a cinco sets. La cara buena de ese resultado es que ahora defiende solo 10 puntos, por lo que de ganar en primera, lo que venga será gratis.

Tras perder en Washington ante Ricardas Berankis (86), en Montreal con Thomaz Belluci (30) y en Cincinnati con Roberto Bautista Agut (22), Cuevas tuvo casi dos semanas de descanso, para reenfocar su juego sobre cemento, donde se le ha complicado mucho ganar: apenas pudo imponerse en dos de nueve partidos jugados en 2015. Si se le suman los tres torneos de césped que jugó en 2015 (incluido Wimbledon) el saldo no es mucho mejor: 3-10.

Así, el uruguayo vio cortada una primavera que se había matenido casi incambiada desde mediados de 2014, cuando logró dos títulos ATP en Bastad y Umag. Sobre fin de año el ritmo se cortó en canchas rápidas, pero bastó con que comenzara nuevamente la gira sobre polvo de ladrillo para ganar en San Pablo e iniciar otra gran racha sobre arcilla, que lo llevó hasta el puesto 21 del planeta.

Y así como las rachas buenas terminan, las malas también. Y esa es la principal motivación de Cuevas.