Guillermo armó su bolsito. Cerró la puerta de su casa y arrancó con la ilusión a cuestas. A jugársela, como uno más. No fue el recomendado de nadie. La apuesta salió como esperaba. Pero cuando le dijeron "la semana que viene te llamamos", le sonó al conocido verso de todos los equipos. Pasó el lunes. El martes no sonó el teléfono. El miércoles se inquietó. El jueves llegó la invitación que esperaba. Del campamento que había organizado
Nacional en Young se llevaban a Guillermo Centurión a la capital.
El golero, que militaba en
Peñarol de Young, pasó un mes viajando todos los viernes a Montevideo. Los estudios impedían tener más días de entrenamiento.
Hasta que llegó el momento en que lo ficharon en las juveniles de Nacional. La vida del joven golero de 13 años cambió para siempre.
"Pasé a la residencia de Nacional al lado de la sede. El primer y segundo mes fueron muy difíciles. Iba a Young una vez por mes y extrañaba como loco. Pero nunca se me pasó por la cabeza volver", contó Guillermo Centurión a Referi desde su Young natal.
Lo que jamás imaginó el joven tricolor es que, a los 14 años un año viviría lo que soñó toda la vida. "Pah, el primer día que fui a Los Céspedes fue increíble ver entrenar a los del primero. Yo me quería sacar una foto con el Chino (Recoba) pero no tenía celular", recordó.
Centurión reveló que espera con ansiedad el momento en que alguno de los delanteros del primero lo invite a rematarle unos tiros al arco.
La última semana fue increíble para Centurión. En la primer final con Peñarol marcó un gol saliendo desde su arco con pelota dominada. Y el martes atajó un penal que significó el título.
"Luego que pasó eso del gol no imaginaba que se iba a publicar tanto por todos lados y cuando llegué a la residencia de noche tenía 15 llamadas de celulares distintos y cambió abundante el tema porque el celular me sonaba a cada rato y al otro día aparecí en diarios en España", reveló.
Guillermo no ocultó que guardó todos los recortes.
Y asume: "Me cambió en el tema de las entrevistas, las fotos, no estaba acostumbrado, era como de un día para el otro era mucho. En el club me felicitaron y me dijeron que estaba loco".
Pero, como si el gol fuera poco, el martes redondeó una semana de sueños. A pocos minutos del final del partido penal para Peñarol. El golero al que le había anotado un gol histórico se paró delante de la pelota. ¿Revancha? "No lo pensé. Fue el jugador que el DT rival designó para patear. No pensé en nada, ni cuenta me di que lo podían poner para tomarse revancha", admitió.
Centurión atajó y le brindó el campeonato a Nacional. "Esperé hasta el final para tirarme a la derecha, cuando vi venir la pelota, dije esta es mía y la saqué".
Centurión vivió una semana de locura. Las luces se apagaron. Hoy descansa en la tranquilidad de Young. Sacarse una foto con el Chino, que lo llamé
Iván Alonso para patearle y jugar en el Parque son sueños que siguen en pie. Llegar a Primera también. Pero su carrera ya se anotó un par de recuerdos para atesorar por siempre.