"El corazón casi me explota" dijo Álvaro Gutiérrez sobre el final de los 90 minutos, cuando Peñarol alcanzó el empate de tiro penal. "Después del primer tiempo nada hacía pensar que se iba a dar vuelta. Menos después de haber visto a los jugadores en el entretiempo, tan concentrados" agregó el entrenador de Nacional.
Pero la desazón y la calentura terminó con el cabezazo de Santiago Romero en el alargue. El Colo, un himno a la entrega, merecía el premio de darle el título a los tricolores.
Un campeonato que se festejó apenas el árbitro suspendió el partido en la cancha y la incertidumbre que genera su continuidad en los escritorios de la AUF. Diego Polenta llegó al vestuario con la red sobre sus hombros. Carlos de Pena con la copa del espónsor del torneo. Gonzalo Porras con un trapo en la cabeza y luciendo la medalla de campeón. Todos, inclusive el juvenil Rodrigo Amaral, con la camiseta con el número 45 en honor a la cantidad de campeonatos ganados por el bolso.
"Creo que el juez estuvo perfecto. A una hinchada que comete un vandalismo no se la puede premiar con siete minutos más". Claudio Puig, dirigente de Nacional
Tabaré Viudez, ex jugador del club, se acercó a saludar. Iván Alonso se abrazó con su padre. Gutiérrez con un amigo. Hernán Navascués, asesor legal de la institución, abrazó a Marcelo Zalayeta y Carlos Valdez, jugadores de Peñarol que tenían que pasar por la puerta del camarín de Nacional para retirarse del estadio.
Óscar Aguirregaray, ayudante técnico de Pablo Bengoechea, felicitó a Romero cuando se cruzaron en los corredores. El Vasco charlaba amistosamente con Sebastián Taborda, quien regresaba del control antidopaje, al que concurrió junto a Sebastián Fernández. Los tricolores festejaban y los aurinegros reconocían haber perdido.
"Creo que somos campeones y ahora hay que ver qué pena se le otorga a Peñarol", dijo Gutiérrez, quien destacó la razón por la que Nacional venció en el clásico de ayer: "Volvimos a las raíces del Apertura. Tuvimos concentración, convicción y no regalamos nada. Habíamos jugado partidos muy malos (en el tramo final del Clausura), pero hoy fue de los mejores, con mucha actitud, presión, precisión y llegando al arco rival".
"Hace un mes que estamos preparando esta final y nunca imaginé un final así. Pero estoy orgulloso de mis compañeros". Santiago Romero, lateral de Nacional
Después de un gran primer tiempo, Peñarol logró empatar en el final, aunque para el técnico albo, su equipo no corrió "mucho peligro. Otra vez se acercaron con un gol de tiro libre, virtud de ellos y en el penal, si hubiésemos estado más atentos no nos podía pasar. También erramos goles, recuerdo una jugada de De Pena que tenía para pasársela a un compañero y definió él". Luego, "pusimos paños de agua fría porque teníamos un jugador de más en el alargue y al Chino Recoba para las pelotas quietas".
El técnico dijo sentirse "orgulloso" de dirigir a Nacional y agradeció a los futbolistas por "su entrega".
Pase lo que pase en la Asociación, todo Nacional se retiró del Centenario con la misma sensación: son campeones otra vez.
Juan José Díaz
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