La bomba se conoció 45 minutos antes de que comenzara el partido. Jorge “Japo” Rodríguez no sería titular. Por allí comenzó todo. ¿Qué había pasado? Después se sumó el nombre de Mauro Fernández, quien había sido dejado fuera del plantel. Y el último nombre fue el de Carlos Núñez, que por lesión no estaba para jugar.
Todo explotó cuando un allegado al cuerpo técnico de Peñarol se enteró que los tres futbolistas salieron la noche del jueves y estuvieron hasta la hora 5 de la madrugada en un boliche bailable.
“Quedaban menos de 48 horas para el partido, por lo que no podíamos permitir una situación así”, dijo a El Observador una fuente de la institución.
La decisión fue tomada por el propio Diego Alonso luego de que le informaron de la situación. “La determinación la tomé el viernes de tarde”, dijo el DT.
Entonces jugó Santiago Silva –quien no jugaba desde el 1° de junio de 2012, más de un año– por el Japo.
Los tres jugadores estaban luego del partido en el vestuario con la cabeza gacha y mostraron su arrepentimiento puertas adentro.
No obstante, según informaron fuentes del club a El Observador, más allá de la bronca del técnico, del presidente y de dirigentes, también existe una gran molestia de sus propios compañeros por esta situación que vivieron.
La bronca del presidente
Damiani, luego de una maratónica reunión con Alonso tras el partido (ver nota aparte), no ocultó su molestia por lo ocurrido con estos futbolistas.
“Acá no se puede jugar con la ilusión de la gente, con la de los hinchas, la de los socios que pagan la cuota, ni con el trabajo de todos”, expresó.
Y agregó: “En estos momentos debemos tener serenidad, pero no pasividad. Es un momento de reflexión, pero tenemos que tomar medidas. El hincha de Peñarol está tan amargado como nosotros”.
Además, consultado acerca de qué pasos darán con los estos tres jugadores separados del plantel, expresó: “Las cosas se arreglan para adentro, no para afuera”. Pero admitió que “el lunes (mañana) voy a pasar por Los Aromos y hablaremos más en detalle. Ahora es tiempo de reflexión, serenidad, pero no pasividad”.
Damiani no se quedó solo en eso. Admitió que “acá se habla de un entrenamiento en la cancha y un entrenamiento invisible. No quiero entrar en detalles porque cada uno debe hacer su mea culpa. Aquí trajimos a todos los jugadores después de hacer un gran esfuerzo”.
“Hay bajo rendimiento y cuestiones que como presidente de Peñarol no debo dejar pasar. El deportista tiene derecho a hacer su vida, pero respetando a todos sus compañeros y a la hinchada”, disparó.
El consejo directivo de la semana que viene tomará medidas.
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