Buena onda. Ese podría ser el resumen del clima que se vivió en el viaje de Uruguay a Santiago, donde jugará el miércoles ante Chile por los cuartos de final de la Copa América.
El plantel llegó sobre la hora 19 al aeropuerto de la Serena, y compartió espera y vuelo junto al público, ya que nos se viajó en chárter sino en vuelo de línea comercial.
Una de las curiosidades fue que el DT
Óscar Tabárez tuvo que pasar dos veces por el detector de metales, ya que en la primera el aparato sonó. El típico olvido de una llave o una moneda.
En el vuelo todo fue tranquilidad, salvo José María Giménez, quien se tuvo que levantar varias veces y finalmente irse hacia adelante ya que su pequeño hijo no paraba de llorar. Fue uno de los pocos futbolistas que viajó acompañado de su familia.
El avión no tuvo manga para el descenso de los pasajeros, quienes bajaron directamente a la pista y se trasladaron en ómnibus hasta el edificio central del aeropuerto.
En ese momento varios hinchas aprovecharon para sacarse fotos con sus ídolos.