El fútbol, como cualquier otro deporte, como la vida misma, tiene varios imponderables. Esas cosas que uno no espera que puedan suceder y de un día para el otro, ocurren.
Lo más importante de eso es que cuando uno se cae, se pueda levantar las veces que sea necesario para salir del paso y también para aprender de estos hechos inesperados.
El ejemplo de Peñarol en los últimos 10 meses es bien claro al respecto. Hubo tres acontecimientos que no pasaron inadvertidos, sino que fueron la noticia negativa en cada una de las fechas en que acontecieron.
¿Cómo olvidar el regreso del ídolo de Peñarol, Antonio Pacheco ante Fénix y con muchísima gente en el estadio? Estaba todo preparado para que fuera una fiesta, el propio Pacheco había hecho un gol, se ganaba 3-1 y llegó la doble fractura de tibia y peroné a los 42 minutos. El resultado del partido (se perdió finalmente 4-3) fue una anécdota, pero el jugador estuvo seis meses casi exactos sin jugar (volvió el 23 de febrero y justo ante los albivioletas).
De esa caída, Peñarol se levantó. Ganó primero el Apertura sin su ídolo y después el Uruguayo con un Pacheco 10 puntos anotándole los tres goles a Defensor.
Pero justo cuando se terminaba la temporada y al minuto de juego en una jugada totalmente intrascendente (retrocediendo hacia su arco), Carlos Valdez se rompió el tendón de Aquiles. A un mes y pocos días de esa lesión –con su correspondiente intervención quirúrgica–, el zaguero aún no volvió a Los Aromos. Es más: el jueves el propio Diego Alonso dijo que aún no pudo hablar con él desde que se hizo cargo de la dirección técnica. “Lo llamé, pero por ahora no pude hablar con él”, dijo.
El futbolista está realizando fisioterapia, pero tiene por lo menos para tres meses más antes de volver a las canchas.
El último golpe duro que recibió Peñarol fue el positivo de Darío Rodríguez, todo un emblema del club quien había firmado días antes un contrato por una temporada más con casi 39 años.
Por su forma de ser, no solo recibió el apoyo de todos sus compañeros y del presidente Juan Pedro Damiani, sino que de varios actores del fútbol uruguayo. “Contamos 100% con Darío. Creo que estará con nosotros. Así será”, dijo el jueves Alonso como esperando un desenlace positivo de este momento complicado para el futbolista y para Peñarol.
Habrá que ver qué sucede en el futuro con Darío, ya que si lo suspenden por dos años –o inclusive hasta por uno–, esto podría acarrear un final de carrera que nadie querría.
Las vueltas de la vida y del deporte ponen a Peñarol en un camino difícil, sinuoso y con la obligación de volver a levantarse.
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