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Bengoechea sigue porque nadie se hizo cargo de cesarlo

La directiva no quiso asumir el costo de echar a un entrenador ídolo y campeón
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09 de diciembre de 2015 a las 05:00
El presidente Juan Pedro Damiani –y muchos dirigentes cercanos al oficialismo- fueron perdiendo la paciencia a lo largo del torneo. No tuvieron un momento de euforia -léase ganar un clásico-, y por eso llegaron a la última fecha con el grito atragantado. No festejaron el título: más bien, se aliviaron de no perderlo. Y por eso, las horas posteriores a la consagración de Peñarol fueron más de dudas sobre el futuro del DT Pablo Bengoechea, que de festejo real.

"Hoy es momento de festejos, después habrá tiempo de tomar decisiones", había dicho Damiani el domingo por la noche en Pasión, cuando se le hizo una pregunta simple: si el DT campeón, con contrato vigente, seguiría en el club.

Ayer, tras 48 horas de incertidumbre, Damiani finalmente despejó las dudas. "Nunca estuvo en duda el tema Bengoechea, lo que sí consideramos que hay cosas que corregir. Yo nunca dije que estuviera en duda, a veces por ser mesurados al hablar se interpretan mal las palabras", le dijo a Referí intentando imponer una narrativa diferente.

¿Qué pasó en el medio?

Según pudo reconstruir Referí en base a fuentes dirigenciales, la mayoría de los votos del Consejo estaban a favor de su salida. Todo el oficialismo –cinco votos, incluido Damiani-, más Ricardo Rachetti y Edgard Welker. Del otro lado, su continuidad tenía dos votos del Movimiento 2809 y dos de Sentimiento 1981. En realidad esos sectores pidieron primar el criterio del director deportivo, Juan Ahunchtain.

Nadie se quiso ensuciar

Sin embargo, la decisión de destituir a Bengoechea era demasiado pesada, como informó Referí el martes. Nadie quería hacerse cargo de echar a un ídolo del club, con un título sobre sus espaldas y contrato vigente. Las consecuencias a futuro, si los resultados no se daban, podía ser devastadoras. Solo podía hacerse con una decisión unánime de directiva, que licuara responsabilidades, pero tampoco había eso.

Encima, Ahuntchain también lo respaldó. "Es difícil salir campeón, acá nadie asegura que venga otro DT y salga campeón en el torneo que viene", dijo el lunes, dejando atadas las manos de los directivos, que ahora debían ir contra la opinión de la máxima autoridad deportiva del club.

Táctica de desgaste

Pero la decisión seguía en cabeza del oficialismo. Entonces se apostó por la táctica desgaste: 48 horas de declaraciones que no aseguraban que el entrenador mantuviera el contrato. Un escenario lógico hubiese sido que el DT decidiera dar un paso al costado dejando implícito un "manoseo", o al menos, que pusiera el cargo a disposición para que la directiva decidiera.

Incluso, durante el lunes surgieron varios rumores: la posible decisión de cambios en el cuerpo técnico, sin sacarlo. También se nombró a Jorge Da Silva, ex DT campeón con Peñarol, actualmente en Uruguay y sin contrato.

Pero esos nubarrones –que Referí reflejó el martes- terminaron ayer de mañana. Bengoechea apareció en conferencia de prensa en Los Aromos –el club sigue entrenando hasta el 18 de diciembre- y dejó clarísimo que no se bajaba. "No hay ningún problema, que Peñarol tome la decisión que crea más conveniente. Peñarol en este semestre logró el objetivo y los dirigentes tienen el derecho a tomar decisiones. Conmigo no hay problemas", dijo. Consultado sobre si aceptaría que le hicieran cambios en su cuerpo técnico, se paró firme: "Es imposible que eso suceda. Todos me conocen. No ha posibilidad".

Entrelíneas, Bengoechea decía: 'para sacarme me tienen que echar'.

Sigue por ahora

Esas palabras terminaron de decidir al presidente. El DT seguirá, porque echarlo hubiese sido costoso políticamente. De todos modos, habrá cambios: ya no tendrá la última palabra al contratar jugadores, y esa decisión pasará a Ahuntchain. Eso se lo comunicó ayer el director deportivo.

"Las contrataciones tienen que ser avaladas por mí, eso que quede claro. Después, en la metodología de trabajo es actuación del técnico. Se charla, lógicamente. Para el año que viene Pablo ya tiene una planificación", dijo ayer Ahuntchain a Referí. "Él estaba muy tranquilo, siempre lo ha dicho: "el día que no me quieran solo me tienen que avisar'. Se hizo demasiada onda, hay una preocupación lógica porque se salió campeón pero la producción del equipo no fue todo lo buena de lo esperado", agregó.

Pero los clásicos de verano pasarán a ser decisivos: si consigue su primera victoria clásica, las nubes se disiparán un rato; si no lo hace, Bengoechea puede perder su trabajo recién arrancado el año.

Mientras, el DT seguirá buscando la vuelta para mejorar el juego, y aunque nunca lo diga, ganar la pulseada a los dirigentes. Y los dirigentes –al menos el oficialismo- seguirán mirando de reojo. Ante todo, en Peñarol primó el statu quo, porque nadie se quiso mover. Y las fiestas vendrán con un sentimiento de recelo general en la interna.

Los puntos a favor y en contra de Bengoechea


A favor

Los dos títulos: Todas las críticas a su estilo tienen contraparte los dos títulos que logró. Jugó dos torneos cortos y ganó los dos.
Relación con los jugadores: Bengoechea logró un buen clima en el plantel y de hecho algunos jugadores salieron a defenderlo tras la conquista del título.

Su condición de ídolo: A pesar de que el hincha tiene poca memoria y que el DT tuvo que soportar silbidos, tiene espalda más ancha que otros entrenadores.
El voto a favor de Ahuntchain y la oposición: El movimiento 2809 y Sentimiento 1891 -4 votos,- defendieron su continuidad. En realidad, lo que defendieron fue hacer primar el criterio del Director deportivo del club.

En contra

El juego: Además de perder la tercera parte de los puntos, fue dominado en muchos momentos y en varios partidos terminó perdiendo la hora.
Lo anímico: El equipo nunca mostró la actitud que ha caracterizado al club. Salvo Aguiar, no tuvo líderes que contagiaran.
Su llegada: El inicio de como DT fue con fórceps, luego que cayera el proyecto Aguirre. No era candidato del presidente, y se adaptaron a la situación.

Los clásicos y el Uruguayo: Si bien logró los dos torneos cortos, no ganó un clásico desde que llegó: tres empates y dos derrotas. Es cierto que en varios le servía el empate, pero uno de ellos le valió perder el Uruguayo.

El trabajo con Ahuntchain: Los directivos creen que tiene que pesar mucho más la opinión del director deportivo No han tenido la mejor química laboral, y le exigen más injerencia en los temas deportivos. Para empezar, tendrá la última palabra sobre las incorporaciones.

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