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AUF, Nacional y Peñarol diseñan nuevo plan de seguridad en fútbol
El protocolo de seguridad para el deporte firmado en diciembre de 2008 por los ministerios del Interior y Deportes y la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) ha sido la hoja de ruta para los clubes en materia de seguridad. Sin embargo, el protocolo no ha logrado solucionar los problemas de fondo. Por el contrario, estrechó los vínculos entre los dirigentes y los líderes de las barras bravas, que se convirtieron en funcionarios asalariados de los clubes. Por ello, la AUF, Nacional y Peñarol trabajan en un plan de seguridad que sustituya al que rige desde 2008.
Este martes se reunieron el vicepresidente de la AUF, Rafael Fernández, los gerentes de Peñarol y Nacional y los integrantes de la empresa de tecnología ITC, que trabaja junto a la AUF en la licitación de las cámaras de seguridad en los estadios, para comenzar a diseñar el nuevo plan.
La idea, en principio, apunta a tres cambios fundamentales: que no haya Policía en los estadios y que sean los clubes, a través de personal especialmente capacitado, los que se encarguen de la seguridad; que los barrabravas no integren la seguridad, y la implementación de tecnología acorde a las necesidades (ITC realizó un estudio al respecto), informaron fuentes que participaron de la reunión a El Observador.
ITC es una empresa consultora que depende de ANTEL y asesora a la empresa de telefonía estatal en las condiciones de seguridad del ANTEL Arena. Para el diseño del plan de seguridad de ese estadio, trabajó junto a la empresa estatal británica Sports Grounds Safety Authority (SGSA), encargada de supervisar la seguridad en los estadios de fútbol. Dos expertos británicos de SGSA, Geoff Galilee y Sue Storey, dieron una conferencia en el hotel Sheraton de Punta Carretas en marzo de este año, en la que estuvieron presentes representantes de Nacional, Peñarol, la AUF y el gobierno.
Los expertos británicos explicaron en Montevideo el modelo inglés, en el que los clubes son los encargados de la seguridad en los estadios y, para ello, contratan a stewards, civiles que controlan el desarrollo del espectáculo, capacitados por empresas especializadas en el tema. Los expertos aclararon que sería absurdo pretender que los hooligans (los barrabravas ingleses) se conviertan en stewards, como sucede hoy en Uruguay, donde los referentes de seguridad de los clubes son los líderes de la barra.
De los 23 funcionarios encargados de la seguridad en la hinchada de Peñarol que integran la lista que la dirigencia entregó al Ministerio del Interior, 10 tienen antecedentes penales, informaron fuentes oficiales a El Observador.
“El gran cambio fue que el club se responsabilizó de la seguridad”, explicó Storey en entrevista con El Observador, publicada el 29 de marzo. Hacia ese modelo tiende el nuevo plan que diseñan Peñarol, Nacional y la AUF. Los clubes, hasta ahora, delegaban la responsabilidad en la Policía, y el Ministerio del Interior lo hacía en los clubes, lo que generó un círculo vicioso que se repite ante cada incidente.
“El directorio del club tiene la responsabilidad de lo que pasa en su estadio. Y delega esa responsabilidad al oficial de seguridad (del estadio), que depende del club. Si algo pasa en el estadio, el oficial de seguridad y el directorio del club tienen que ir a la Corte”, agregó Storey.
