Así se tejió la salida de Pelusso de Nacional

El ciclo de Gerardo Pelusso al frente de Nacional terminó, en la práctica, ayer en la mañana. Mientras Uruguay se levantaba con las tapas de los diarios que hablaban del 5-0 de Peñarol, y con los hinchas tricolores enfrentando una de las peores jornadas de su vida deportiva, el presidente de los tricolores, Eduardo Ache, se comunicaba desde Río de Janeiro –donde se encontraba de viaje por temas personales– primero con el secretario general del club, Claudio Puig, y luego con el vicepresidente Mario Menéndez. Allí dio su opinión, que, en un club grande, es mucho más que eso: la goleada 5-0 de Peñarol había terminado, de un plumazo, con el crédito que le quedaba al DT.

Luego llegó el momento de adelantar la reunión de directiva, que estaba prevista el miércoles, una vez que arribara Ache desde Brasil. Pero el clásico había adelantado todo: la crisis ya era un incendio en Montevideo, donde los hinchas pedían la cabeza no solo de Pelusso, sino del propio mandatario tricolor.

Al final, la reunión no tuvo mayor debate, porque, de hecho, el propio DT había despejado el panorama al poner su cargo a disposición y dejar a los directivos con las manos libres. Nueve de los 11 miembros de la directiva (Ache, Menéndez, Puig, Luis Fernández; Pablo Durán, José Fuentes, José López Rubio; Francisco Decurnex y Carlos Alonso) expresaron su opinión favorable a que se terminara el ciclo del entrenador que había llegado para salvar a Nacional de la crisis, pero terminó siendo una víctima más de ella. Solo Walter Zeinal y Luis Bruno se mantuvieron firmes a la idea de mantenerlo en el cargo, en el entendido de que los culpables de la malísima campaña eran, más que Pelusso, la propia directiva y el plantel.

Luego llegó lo más difícil: ir hasta la casa de Pelusso a comunicarle que ya no era el entrenador de Nacional: el entrenador lo tomó con dolor, pero con tranquilidad. Quizás, con una procesión que había empezado a hacer 24 horas antes, con el doloroso 5-0.

Asume Álvaro Gutiérrez

Además, la directiva decidió que Álvaro Gutiérrez, DT de la Tercera, asuma desde hoy como técnico interino. Así se lo informó al gerente deportivo Alejandro Lembo, que por la noche le fue a comunicarle al Flaco su nueva función. De hecho, Gutiérrez llega con un buen antecedente: le ganó el clásico de Tercera a Peñarol por 4-0.

“Es una decisión que tomamos con mucho dolor, porque es una persona de bien. Pero lo que mandan son los resultados”, dijo a El Observador el vicepresidente Mario Menéndez, que como presidente en ejercicio fue con el secretario Puig a comunicarle la decisión. “Sentíamos la obligación de ir a comunicárselo a la casa (y no por teléfono). Nosotros vamos a poner la carita cuando es necesario. No será linda, pero tiene menos arrugas que otros”, agregó Menéndez, que confirmó que la decisión estaba casi tomada desde la mañana: “El Turco habló conmigo de mañana, me dijo lo que pensaba. En el fondo es al que la gente votó, y los clubes grandes son presidencialistas”.

Menéndez también destacó que la situación cambió radicalmente tras el 5-0. “El numero rompe todos los ojos, lo que se vio en el campo de juego daba para tomar esta decisión”.

Por su parte, José Fuentes fue uno de los directivos que desde temprano habían manifestado claramente su opinión: Pelusso debía irse. Líder de la oposición, cercano al expresidente Alarcón, Fuentes ha tenido –y tiene– Muchas diferencias con Ache, pero en este tema estuvieron alineados. “Hablar de procesos a largo plazo es muy difícil, los grandes necesitan resultados. A los dirigentes se nos evalúa en las elecciones, a los jugadores cuando se vencen los contratos, y a los técnicos en sus campañas. Esta campaña ha sido muy mala, y Pelusso como responsable es el que debe asumir la responsabilidad. Y creo la asumió al poner el cargo a disposición”, expresó.